La hora es la hora

La hora del inicio de la cita entre PPK y Keiko estuvo plagada de especulaciones. La primera versión, por la mañana, era que se realizaría a las dos de la tarde, y desde esa hora varios medios, sobre todo televisivos, se apostaron frente a la casa del arzobispo.

Antes del ocaso

Las dos de la tarde, no obstante, era una hora muy anticipada para la cita. En prensa de Palacio de Gobierno tampoco había información oficial y la única versión que dieron era que sería “al finalizar la tarde”.

Cinco en punto

Desde los exteriores de la residencia se dijo luego que sería a las 4 p.m. y luego a las 5 p.m., y no se descartó las 6 p.m. o las 7 de la noche. Felizmente no se llegó a iniciar en horas de la noche y permitió que la cobertura se inicie con la luz del día.

¿Quién primero?

Una de las razones de la demora fue que Keiko Fujimori, cuya llegada se programó para las 5 de la tarde, esperaba que PPK arribara primero, pero este no lo hacía. Si ella era la invitada, no podía acudir antes de quien pidió la cita; sin embargo, al final fue así.

Desavenencias

En el ala “naranja” hubo mucha incomodidad por la forma en que se coordinó la cita. Para empezar, el personal de protocolo de Palacio no tuvo un contacto anticipado con el entorno de Keiko para acordar acciones mínimas previas a la reunión.

Cita para tres

Llamó la atención también que ambos llegaran solos. Sin asesores, congresistas ni entorno de confianza. De hecho, ese sí fue un acuerdo previo. ¿La razón? Evitar filtraciones y que solo los protagonistas sepan qué se conversó allí.

Se la tienen jurada

Desde la izquierda no se cansan de pegarle con todo al cardenal Cipriani por su rol de mediador. Marisa Glave calificó de “acción monárquica” la cita de ayer. Claro, si la hubiese convocado Luis Bambarén, afín a ellos, no habrían dicho ni pío.

El otro cónclave

En el PPC, la situación sigue movida. Algunas versiones dicen que el viernes por la noche había una lista de consenso avalada por la propia Lourdes Flores Nano, pero que esto cambió luego de que ella se reuniera con Alberto Beingolea. ¿Será cierto eso?

Entre aletazos

Lo que sí es verdad es que en medio de las idas y vueltas de inscripciones y listas, Javier Bedoya Denegri, nieto del “Tucán” Luis Bedoya, escribió el siguiente tuit sobre una entrevista a Flores Nano: “Qué pena leer a una persona que no tiene respeto por sí misma, sin autoestima, derrotada”. Qué feo.

“Lapsus”

El juez supremo Javier Villa Stein tuvo un “lapsus” y llamó César “San Nadine” a su colega César San Martín. Vaya “dislate”.

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