El telefonito

Antes de empezar la votación para la elección de la nueva Mesa Directiva del Congreso, Ana María Solórzano, presidenta saliente, sostenía por teléfono un diálogo aparentemente acalorado, como si al otro lado de la línea estuviera la mismísima Robinson. Después de que Cenaida Uribe llegó al hemiciclo, algo tarde, Ana se quedó más tranquila.

¡Fiu, fiu!

Cecilia Chacón, Marisol Espinoza y la propia Solórzano se ganaron los silbidos piroperos más modulados y entusiastas en el hemiciclo. Sus colegas parecían confundirlas por momentos con las Chicas Doradas.

Chacota

Un gracioso de la oposición le gritó “taxi” a Fredy Otárola cuando bajó a depositar su voto, en alusión al incidente que sostuvo con un taxista semanas atrás. Mulder también tuvo lo suyo, y desde los escaños oficialistas se escuchó “¡guau, guau!”.

Copias

Al congresista y empresario Julio Gagó, quien vende fotocopiadoras, le pidieron a viva voz que le saque copia a su voto para ver si así le daba una manito a Iberico, pero después de que Ética recomendara sancionarlo, ya no le quedan ganas ni de bromear con ese tema.

En su gloria

Aunque no se crea, Cecilia Anicama, la recordada “Robacable”, fue la más ovacionada durante la votación plenaria. Tan vitoreada fue, que hasta alzó los brazos en señal de algarabía como si formara parte del corso de Wong. Claro está que el aplauso de las dos listas era un amor al voto y no al chicharrón.

Payaso

Antes de depositar la cédula con su voto, el acciopopulista Mesías Guevara gritó: “¡Solo por la democracia!”. Pero hay quienes consideraron que ese no era el momento propicio para tales arengas y figuretismos. La fujimorista Cuculiza, por ejemplo, le gritó: “¡Calla, payaso!”.

Misterioso diálogo

Muchos se preguntaban qué le comentaba al oído la nacionalista Cenaida Uribe a su colega fujimorista Cuculiza culminada la elección.

Despistada

Recibió la cédula, la miró, la dobló y, cuando estaba a punto de depositar su voto, cayó en la cuenta de que no había marcado por ninguna de las dos listas, así que entre la carcajada de la platea retornó para marcar el aspa. ¿De quién hablamos? Pues de Doris Oseda, del nacionalismo. ¡Mucho gusto, encantada de conocerla!

Nerviosos

Una muestra de nerviosismo durante la votación congresal la dio el legislador Merino de Lama, a quien se le cayó la tapa de la ánfora. Otro que estuvo peor que una gelatina fue Daniel Abugattás, quien echó su boleta fuera de ella. ¿Tanto miedo genera Iberico en el oficialismo?

¡Cuándo no!

Y como para ir a tono con los acontecimientos, Daniel Urresti también metió su cuchara para opinar sobre el triunfo de Iberico. En un provocador mensaje dirigido a Keiko escribió: “Sra. de las ONG, aprendió usted muy bien de su api, ya tiene su presidente del Congreso. ¡Adiós, comisión investigadora!”.