Imagen
Imagen

André () tiene 80 años y padece el mal de Alzheimer. Como en la mayoría de casos, no quiere aceptar que empieza a perder sus objetos personales. Tampoco desea admitir que necesita ayuda para hacer su vida diaria. El olvido ha calado en su organismo. El transcurso del tiempo es difuso e inestable por la pérdida de memoria.

Mira a su hija, joven, que le ruega apoyo para que otra persona la ayude porque ella quiere viajar a Chile con su pretendiente. Pero Andrés desconfía de una persona que luego no reconocerá, a pesar de que el asilo es la segunda opción. En un momento toma su agenda para llamar a un abogado y evitar el confinamiento en un hogar para ancianos, y ve a un hombre entrar a su sala. No sabe quién es. Él, molesto, se presenta como el esposo de su hija, quien salió a comprar. Ella regresa y ya es una mujer con más de 40 años. André no sabe qué ha pasado y la desesperación, el llanto y los gritos lo embargan.

DRAMA. Así es parte de la historia de El Padre, una obra que cuenta cómo un hombre empieza a deteriorarse en el olvido y las secuelas que deja en él la enfermedad de Alzheimer. es André, el protagonista. Después de 42 años, el actor argentino dejó el Teatro Marsano para actuar bajo la dirección de Juan Carlos Fisher y compartir escenario con Wendy Vásquez, Rómulo Assereto, Monserrat Brugue, Óscar López Arias y Michella Chale.

“Termino con una cierta densidad porque toda la obra es una batalla perdida. Yo soy un hombre dinámico (en la obra, hablo de mi personaje), energético, insolente, con un yoísmo muy particular, muy acostumbrado a hacer lo que quiere. Y de pronto el alzhéimer, que me sofoca, va ganando una batalla, porque yo lucho, lucho, lucho, pero mi lucha es una lucha estéril. El alzhéimer termina por vencerme. Termino en una gran soledad”, comentó Cattone a Correo.

HUMOR. El Padre es una pieza teatral del francés Florian Zeller y fue premiada en Estados Unidos y Europa. Además, se estrena en simultáneo en Argentina, Chile y España.

En el país, Juan Carlos Fisher trabajó la obra de una manera distinta en cuanto al humor. “Nosotros le hemos dado un enfoque especial a la obra. Ya que es una obra intensa, necesitábamos que al inicio tenga muchas salidas de humor, que te engancha un poco más con el personaje para todo lo que se viene después. Sé que en otras versiones no le sacan el jugo al humor, pero para mí era muy importante”, detalló Fisher y añadió sentirse “honrado de ser el primer director que tiene Osvaldo en más de 40 años”.

Para el dramaturgo, la experiencia ha sido halagadora y un aprendizaje constante.

Te puede interesar:

TAGS RELACIONADOS