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“No toda la vida estarás en tu cuarto”. Las palabras de Yulisa Sotacuro Quispe intentaban traer de vuelta a un hermano cuya vida se venía abajo. En un momento, lo que realmente quería Efraín era no volver al mundo cotidiano. La curiosidad y el contacto con un cable eléctrico se robaron sus brazos y la alegría a los diecisiete años. “Sea como sea, todos vamos a salir adelante”, dijo Yulisa al hermano mayor. Y así fue. De la mano con la familia, Efraín encontró en el fondismo nuevamente el sabor de vivir, llegando a conseguir el cuarto puesto en la maratón masculina de los Juegos Paralímpicos Río 2016.

¿Cómo llegaste al fondismo? 

Fue difícil para mí salir adelante después del accidente. A veces tenía malos pensamientos, no quería continuar...hasta me quería morir. No aceptaba mi discapacidad. Con este deporte, mi vida ha cambiado y he seguido el camino correcto. Ahora entre mis objetivos está representar a mi país.

¿Todo inició en una carrera en Huancavelica, no? 

Sí, en la Maratón Nextel 10k. Después del accidente saqué mi carné en el Conadis y conocí a sus asistentas. Una de ellas me sugirió participar en esta carrera como representante de dicha institución. No le di una respuesta inmediata. Me llenó de temor participar en una carrera convencional, pensaba que me ganarían. Al final acepté y se convirtió en mi primera experiencia.

¿Cómo fue ese primer contacto? 

Todo fue nuevo porque corría entre tanta gente. En Huancavelica, las carreras y maratones a lo mucho llegan hasta las cincuenta personas. En esa maratón había más de cinco o seis mil personas.

¿Había una afinidad por correr antes del accidente? 

No, pero siempre me gustó el deporte. A mí me gustaba más el fútbol.

¿Fútbol? 

Sí, aunque también había maratones y carreras. Iba a ver quién ganaba y a los favoritos del primer puesto. Observaba, pero nunca participé hasta ese entonces. Además, tenía esa voluntad de llevar a mis hermanitos para que vean la competencia. Desde allí tomé el atletismo como mi profesión.

¿Has enfrentado prejuicios? 

Sí. Cuando creces, hay personas que te desmoralizan, aunque depende de uno mismo. Siempre uno encuentra gente envidiosa que no quiere que avances. Lo mejor es seguir con humildad, trabajar y continuar adelante.

¿Y en las competencias internacionales también? ¿La mentalidad es diferente? 

Es como en Perú. A pesar de tener algunos amigos, había gente mala. Yo solo los dejaba hablar y seguía adelante.

Hay atletas con discapacidad como la nadadora Natalie du Toit, quien hasta hace unos años compitió en los Juegos Olímpicos como Paralímpicos. ¿Lo consideras adecuado? 

Depende de la preparación. Sería cuestión de alcanzar la marca que piden en las pruebas.

¿Te gustaría participar en ambas? 

Sí. Yo competiría por hacer el mejor tiempo. Participar en los convencionales podría ser una experiencia diferente. A veces pienso que sería difícil prepararme, pero creo que ya nada es imposible. Gracias al apoyo del IPD y la Federación Peruana de Atletismo y la Asociación Nacional Paralímpica, mi preparación, poco a poco, está mejorando con mis tiempos. Gracias a Dios tenemos nuevos objetivos para llegar con más fuerza a los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019.

¿Le piensas decir adiós a este deporte en algún momento? 

No. Cuando te apasiona correr, estás allí con tus compañeros y amigos, todos con el objetivo de representar a tu país. Entrenas de manera constante para obtener un buen resultado.

La mayoría de personas, después de una discapacidad, vive preocupada por su futuro. ¿Es diferente en tu caso?

No. Sí fue difícil salir adelante, pero no quedé allí. Poco a poco, empecé a hacer mis cosas como una persona normal. Practiqué y me adapté. Todo depende de uno mismo, de aceptarse y quererse.

1° puesto en la Maratón de Sevilla con una marca de 2h:30,16 m.

2008 año en que participó en la Maratón Nextel 10k.

4° puesto en los Juegos Paralímpicos Río 2016 con una marca de 2h:55,27m.

PERFIL 

Efraín Sotacuro Quispe

Deportista

Tiene 25 años y desde hace tres es parte del Programa Nacional de Maratonistas en Huancayo. También es conocido como la Gacela de Huancavelica.