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Gaby Márquez de Sanz, lleva 55 de sus 65 años de edad, preparando anticuchos y caparinas. Ella heredó el negocio de su madre Angela Velázquez, desde hace treinta años. La conocida anticuchería “Gaby”, antes vendía sus productos en la vía pública, en la esquina de la calle La Recoleta con puente Grau, ahora expende sus deliciosos platos en un local de la primera cuadra de la transcurrida avenida La Marina.

El último domingo se celebró el Día del Anticucho a nivel nacional, y Correo quiso hacer un homenaje a este plato oriundo del Perú, resaltando a una de las personas que se dedican a la venta del corazón de res al carbón.

¿Desde qué fecha usted se hace cargo de la anticuchería de su madre? 

Desde hace treinta años, cuando el negocio aún funcionaba en La Recoleta con Puente Grau, en la calle.

Sin embargo, usted nos contó que el negocio ya tiene una vigencia de cincuenta y cinco años.

Así es. Es el negocio lo heredé de mi madre, y posiblemente yo lo deje como herencia a todos mis hijos, quienes colaboran con conmigo todos los días.

¿Cuántos hijos tiene? 

Tengo cuatro hijos. Luis Alberto, Carlos Alberto, Angela Rocío y Gabriela; son parte de este negocio... a pesar de estudiar y trabajar, por las tardes ellos laboran acá.

¿A qué hora comienza la jornada de trabajo para usted? 

Todos los días la preparación de los anticuchos y las caparinas comienza desde las siete de la mañana, y puede demorarme hasta las tres de la tarde... la venta del plato comienza desde las seis de la tarde hasta la medianoche.

¿No hay un día de descanso para usted? 

A veces. Los domingos usualmente suelo descansar. Entre mis hijos se turnan por días para que el negocio no deje de atender ni un solo día.

¿Qué meses son los de mayor demanda en la venta de anticuchos?

Julio definitivamente. Otros meses que son alta, son noviembre y diciembre... los meses en que la venta baja son enero y febrero, porque en vacaciones la gente prefiere irse a la playa.

¿Usualmente cuántos platos de anticuchos vende diariamente?

Se prepara por día un promedio de doscientos anticuchos para días normales, pero para el viernes y sábado de todas las semanas se vende trescientos...

¿Y caparinas? 

Ciento cincuenta en días normales y doscientos en días de mayor venta.

¿Hemos observado gran cantidad de carros fuera del local? 

Sí, son mis clientes. Ciertamente son los años de vigencia que tiene el negocio y el servicio que damos para hacernos conocidos, por eso la numerosa cantidad de vehículos afuera.

¿A qué cree usted que se deba el éxito en la venta de sus anticuchos? 

Es la preparación hecha con mucho amor, además nosotros no cocinamos otra cosa que no sea el corazón de res .

¿Además de sus hijos tiene usted personal que la apoya?

Sí, son tres personas más que nos apoyan con el reparto de los platos, son a quienes llaman “jaladores”, los que nos apoyan.

¿La venta de anticuchos se redujo con el ingreso de la competencia en el óvalo Grau? 

No, para nada. Como le dije nosotros tenemos un público cautivo que siempre nos visita porque lo que preparamos les agrada.

¿Por qué decidió trasladarse a un local en La Marina? 

Arriba (La Recoleta con Grau) la municipalidad de Arequipa no dejaba trabajar con tranquilidad, hacían operativos. Hace seis años se tomó la determinación de trasladarnos.

¿Y qué tal le va?

Mucho mejor. Aunque le diré que arriba nosotros pagábamos al municipio por laborar en la vía pública, no se vaya a pensar que uno no pagaba nada.

¿En qué medida este negocio ha contribuido con su vida?

Me ha ayudado a dar de comer y educar a mis hijos. Ahora tres de ellos ya están casados...

¿Qué música le gusta y la relaja en sus ratos libres?

Me encanta la música criolla, y como buena arequipeña también me gusta los yaravíes.