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Los tres accesos de vía carrozable de trocha que permitirían evacuar a la población de las estancias que circundan al volcán Sabancaya, en la provincia de Caylloma, están bloqueados y solo pueden ser recorridos en condiciones muy difíciles por camionetas de doble tracción.

Para tener una idea sobre lo mencionado, un equipo de Diario Correo siguió el trayecto Chivay-Patapampa-Sallalli-Estación OVI, de tan solo 30 kilómetros de distancia, en cinco horas a través de una trocha interrumpida por lo menos en 62 puntos.

La nieve, la lluvia constante y los lahares que descienden del macizo en erupción así como desde el Ampato, otro de los integrantes de cordillera sur occidental de los Andes, recorren presurosos en cauces cargados desde alturas por encima de los 5,976 m.s.n.m., hasta la vertiente del río Yura que alimenta el río Vítor hasta llegar al valle de Quilca, a nivel del mar.

Además de la carretera recorrida por Correo, están cerradas las dos siguientes: Cabanaconde-Cayapampa-Huanzo-Sabancaya y Achoma-Sabancaya.

Para devolver la transitabilidad a las tres vías, la Municipalidad Provincial de Caylloma ha solicitado al Gobierno Regional de Arequipa (GRA), un total de 3,500 galones de combustible y la declaratoria de 60 días adicionales de emergencia, específicamente por la erupción volcánica que empezó en noviembre 2016.

El 19 de marzo finalizó la declaratoria inicial por 60 días y, según versión del alcalde provincial Rómulo Tinta Cáceres, la medida fue simplemente enunciativa porque no se invirtió nada en los afectados por la erupción.

El secretario técnico provincial de Defensa Civil, Donato Mamani Quispe, acompañó a Correo en su recorrido por las estancias alpaqueras cercanas al macizo, ubicadas a latitudes entre 4,600 y 4,950 msnm, y demandó de las autoridades regionales de Arequipa, evacuar cuanto antes el informe técnico del análisis de agua, suelo, cultivos, tierra y animales para el cual tomaron muestras los días 15 y 16 de febrero, 4, 5, 13 y 14 de marzo.

Este informe es vital porque se sabrá en forma técnica cuánto es el daño provocado por las cenizas del Sabancaya sobre gran parte de la provincia, especialmente en los valles interandinos de Huanca, Huambo, Cabanaconde y Achoma, en donde se habla de una notable reducción del rendimiento agrícola, mas aún en el caso del orégano aromático de hoja ancha, el principal producto de exportación del Valle del Colca.

La Municipalidad Provincial de Caylloma elaboró un video ilustrativo sobre el impacto de las erupciones, el cual fue entregado a la Presidencia del Congreso de la República, el último jueves 23 de marzo, durante la visita hecha por el alcalde Tinta Cáceres, con el afán de pedir se amplíe la declaratoria de emergencia.

El número promedio de explosiones diarias sigue siendo 36, de acuerdo a los reportes en tiempo real que maneja el Observatorio Vulcanológico del Ingemmet (OVI), pero a diferencia del proceso apreciado entre noviembre 2016 y enero 2017, por estos días las columnas de ceniza no son visibles y se esconden detrás de una nubosidad compacta, intensa lluvia y permanente nevada.

La necesidad de tener habilitadas las vías que comunican a la zona del volcán se debe a que en las extensas pampas, algunas hoy cubiertas de nieve y otras reverdeciendo por acción de las lluvias, se alimentan alpacas y llamas, propiedad de las diferentes estancias asentadas por tiempos inmemoriales. También es el hábitat natural de las vicuñas silvestres que pastan sin mayor vigilancia y al acecho de los cazadores furtivos.

Si la actividad volcánica se intensifica, todo ese ganado disperso debe ser evacuado, junto a sus pastores, hacia otras zonas en forma temporal, usando las tres vías hoy deterioradas. “Por eso nos urge tener el combustible y maquinaria para habilitar el paso de camiones”, refiere Donato Quispe.

Mientras llegan los resultados del estudio y la demanda de combustible es atendida, la vida continúa a expensas del comportamiento del Sabancaya en el valle del Colca.

El reciente proceso eruptivo empezó en noviembre 2016 y el Observatorio Vulcanológico del Ingemmet (OVI) lo mantiene monitoreado las 24 horas del día en tiempo real, gracias a los equipos de vigilancia que incluyen drones capaces de captar imágenes impresionantes sobre las columnas de humo y los lahares que descienden en esta época de lluvia.