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En nuestro país, los volcanes expulsan dióxido de azufre (SO2) sobre los 5,500 metros, por lo que no hay poblaciones que se pueden afectar directamente con este gas incoloro y de olor asfixiante, explicaron especialistas del Observatorio Vulcanológico del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet).

Anunciaron esto a propósito de la preocupación expresada por los usuarios a través de diversos medios con respecto al monitoreo de la actividad volcánica del Sabancaya, el cual expide SO2 en las explosiones registradas las últimas semanas.

“En temporada de lluvia, este gas puede reaccionar con el agua y producir lluvia ácida en zonas aledañas al Sabancaya, a menos de 5 kilómetros. En los anteriores periodos de lluvia se ha presentado con un pH<4 con la actividad actual se espera que sea ligeramente más ácida esta temporada”, expresó Pablo Masías, experto del Observatorio Vulcanológico del Ingemmet (OVI).

Mencionó que el OVI cuenta con dos redes de monitoreo de SO2 en el Sabancaya, con tres escáner DOAS que transmiten en tiempo real y dos equipos móvil DOAS para medidas en campañas. También se realiza medición de SO2 en los volcanes Ubinas, Misti y Ticsani con equipos DOAS y seguimiento de SO2 a través de imágenes OMI (Ozone Monitoring Instrument).

“Tenemos un proyecto de inversión pública que permitirá ampliar las redes de monitoreo”, refirió Masías.

Recordó que toda esta información se encuentra en los reportes de monitoreo que se publican anual, mensual y semanalmente. En comunicados del comité científico e informes técnicos como el N° A6735: ”Los Inicios de la Actividad Eruptiva 2016 del volcán Sabancaya”.

Por otro lado, sostuvo que la evaluación de los efectos en la salud y calidad del agua ocasionados por la actividad volcánica del Sabancaya, es competencia de la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) y la Autoridad Nacional del Agua.

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