El agua bendita [OPINIÓN]

Amigo (a) lector te has puesto a pensar ¿qué pasaría si se acaba la poca agua que aún nos queda en las represas? Moriríamos de sed verdad y sólo sobrevivirán aquellos que tendrían el dinero suficiente para compran el líquido elemento embotellado, hasta cuando las lluvias retornen en forma copiosa para llenar nuevamente las represas.

¿Qué ha pasado, para que los arequipeños estemos propensos a semejante castigo de Dios o de la Madre Naturaleza? Será que esta última nos quiere sancionar por haberla maltratado tanto en las última décadas, con acciones extractivas exageradas de minerales, árboles y contaminando su suelo, aire y aguas, sin pensar que es a nosotros mismos a quienes perjudicamos.

Si pues, ya estamos sufriendo las consecuencias del cambio climático y ni por eso enmendamos nuestro irresponsable proceder. No pensamos que cada vez somos más habitantes (también irresponsablemente) y que los recursos naturales son menos; y como nadie nos obliga a cuidarlos, los derrochamos.

Si sabemos que el agua es vida, sin ella no tendremos salud. Entonces porque nuestras autoridades no actuaron antes con criterio previsor y en vez de sembrar cemento por doquier, haciendo obras innecesarias, se unieron y construyeron más represas desde cuando les comenzó a llover el canon.

Ahora solo queda clamar a la Virgen de Chapi para que obre un milagro y nos perdone por no haber “guardado pan pa’ mayo”.