El autogolpe de Alberto Fujimori y el quiebre democrático en Arequipa
El autogolpe de Alberto Fujimori y el quiebre democrático en Arequipa

Hace 25 años, la noche del 5 de abril de 1992, la aparición del entonces presidente de la República,  en los medios de comunicación, sorprendió a los ciudadanos, y más aún cuando mirando a la cámara pronunció un mensaje que, en síntesis señalaba lo siguiente:

“Como presidente de la República me he sentido en la responsabilidad de asumir una actitud de excepción para procurar aligerar el proceso de esta reconstrucción nacional, por lo que he decidido tomar las siguientes trascendentales medidas. Primero: Disolver temporalmente el Congreso de la República (…) Segundo: Reorganizar totalmente el Poder Judicial, el Consejo Nacional de la Magistratura, el Tribunal de Garantías Constitucionales y el Ministerio Público para una honesta y eficiente administración de justicia. Tercero: Reestructurar la Contraloría General de la República (…) Como ciudadano elegido por las grandes mayorías nacionales solo me anima el deseo de lograr la prosperidad y la grandeza de la nación peruana y ello solo será posible a través de una profunda transformación del Estado y sus instituciones”.

En Lima, los tanques y tropas del Ejército se alistaban a seguir las órdenes del Jefe del Estado, que además de disponer la vigilancia de las instituciones democráticas, demandó

Luego del autogolpe, Fujimori ordenó apresar a sus opositores.

DOS AREQUIPEÑOS. Uno de estos “enemigos” de Fujimori fue el presidente de la Cámara de Diputados, el abogado arequipeño Roberto Ramírez del Villar.

Su vivienda quedó rodeada por policías y militares esa misma noche, no pudo salir de su casa.

El entonces diputado por Arequipa, Óscar Urviola, fue uno de los políticos que tuvo gran desempeño luego del autogolpe. La mañana del 6 intentó llegar a la casa de Ramírez del Villar y rompió el cerco humano para hablar con el jurista lo suficiente como para comenzar la oposición porque, como declaró años después a la prensa, es un convencido de que la democracia es el único sistema para conseguir el bienestar. Urviola fue el encargado de recoger de la casa del expresidente Fernando Belaunde, la banda presidencial con la que juramentó Máximo San Román como mandatario nacional.

EL GOLPE EN AREQUIPA. Elvis Delgado, ahora alcalde del distrito de Yanahuara, fue en el 92 asambleísta regional. Tenía apenas 25 años y había ingresado al Gobierno Regional porque confiaba en el proceso de descentralización. “Estábamos comenzando la descentralización, pero se frustró ese 5 de abril”, recuerda.

La Asamblea Regional estaba compuesta por tres grupos, los alcaldes de la región, los delegados de las instituciones representativas y los elegidos por sufragio directo, eran 26 en total.

Delgado cuenta que la mañana del 6 de abril el local regional de la calle San Francisco amaneció resguardado por el Ejército y había sido desalojado. Se reunieron entonces en la sede de la Secretaría Técnica de Asuntos Extractivos, en el Parque Industrial, que regía Ernesto Alarcón.

Luego salieron en una marcha hacia el Cercado y terminaron en la Plaza San Francisco.

“Nos autoconvocamos y elaboramos un pronunciamiento que decía algo como : en un lugar de Arequipa, los asambleístas defendemos la causa de la descentralización y permanecemos atentos a la amenaza a la democracia y la descentralización... era breve, pero claro”, relató.

A nivel nacional los gobiernos regionales quedaron desarticulados y se conformaron los Consejos Transitorios de Administración Regional (CTAR) que en Arequipa asumió bajo su mano el ingeniero Ólger Vásquez Vásquez.

Hoy, 25 años después, Elvis Delgado reflexiona sobre lo sucedido. “No debemos volver jamás a ese episodio, la democracia es lo más sublime que podemos vivir, ese debe ser nuestro valuarte”, indicó para agregar después que en ese momento se frustró el proceso de descentralización, ahora sojuzgado por el centralismo.

El militante aprista Adolfo De Córdova, fue también en ese entonces miembro de la Asamblea Regional y recuerda que el entonces presidente del Gobierno Regional de Arequipa, Eduardo Del Carpio, junto a él y el asambleísta Felipe Domínguez fueron reprimidos por los militares cuando intentaron permanecer en la sede regional que quedó cerrada. Aún así, buscaron la forma se volver a reunirse y protestaron por el golpe a la democracia.

Hoy, precisa que el atentado dejó profundas huellas en el desarrollo político del país.

“Lamentamos el autogolpe del 92. Desaparecieron los gobiernos regionales y las asambleas regional, que eran el principio de un proceso de descentralización que habría sido beneficioso para el país. Ese episodio no se puede repetir”, acotó.

Daños. Mientras Alberto Fujimori pronunciaba su mensaje, tropas del Ejército, de la Marina y de la Fuerza Aérea se trasladaron hacia los cales del Poder Judicial, el Ministerio Público, entre otras para tomar el control y evitar que sus integrantes ingresaran. Pese a la resistencia de parlamentarios de oposición, el Congreso fue disuelto y se convocó a elecciones para un Congreso Constituyente.

Elvis Delgado: “Como consecuencia del golpe del 5 de abril se truncó el proceso de descentralización, se han perdido 25 años y con eso se ha demorado también el desarrollo del país para caer en el paternalismo y centralismo”.

Adolfo de Córdova, exasambleísta regional. “Desde la Asamblea Regional hubo resistencia a ese quiebre a la democracia, pero estábamos impedidos de reunirnos, hubo incluso represión a algunos de nosotros, no había garantías”

71% de la población estuvo de acuerdo con el cierre del Congreso luego del autogolpe<br>
80% de la población manifestó su beneplácito por el  cierre del Poder Judicial.<br>

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