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La de América Latina y el Caribe (ALyC) tendrá un crecimiento negativo de 0.3% este año, arrastrada por la recesión de Brasil y los resultados negativos de Venezuela, cuya producción nacional caería 10%, según pronosticó el (FMI).

Entre los pocos países que tendrán un resultado positivo está Perú, que crecerá 2.4%, cifra estimada a la baja, desde un 3.2%.

En una conferencia de prensa que ofreció en Lima, en el marco de la Junta de Gobernadores, Maurice Obstfeld, consejero financiero y director del Departamento de Estudios del FMI, indicó que Perú crecerá 3.62% en 2016, mientras que la economía de ALyC apenas se expandirá 0.8%.

Responsable. En tanto, el subdirector del Departamento de Estudios Económicos del FMI, Gian María Milesi-Ferretti, manifestó que Perú es uno de los pocos países en el mundo que tiene espacios fiscales y monetarios (reservas) para responder a la crisis mundial que afecta, sobre todo, a los países emergentes.

Además, explicó que los shocks externos a los que estuvo expuesto nuestro país han sido muy severos. “El crecimiento que vemos para el Perú en los próximos años, pese a la coyuntura compleja, responde a que ha sido un país que ha sido administrado con un marco normativo muy sólido”, manifestó.

No obstante, recomendó al gobierno peruano buscar nuevas fuentes de crecimiento para el país, ya que la basada en el precio de los metales “se ha agotado”.

MEJOR.En tanto, el Banco Mundial (BM) señala que el Perú crecerá 2.79% en el 2015, según su último informe semestral titulado “Empleo, salario y la desaceleración latinoamericana”.

Al respecto, el jefe del BM para América Latina y el Caribe, Augusto de la Torre, indica que la expectativa es que la región crezca 0% en 2015, con una leve mejora a 1% en 2016.

“Aun con la desaceleración, los mercados laborales de la región se las han arreglado para permanecer sólidos”, agregó.

Refirió que en los últimos tiempos se observa que la calidad del empleo se está deteriorando a medida que los asalariados se vuelven trabajadores independientes o pasan de empresas grandes a otras más pequeñas. “Los más notable, sin embargo, es que los trabajadores estén abandonando el mercado laboral por completo, una tendencia particularmente marcada entre los hombres jóvenes y menos educados. A medida que regresan a sus hogares o a la escuela, sin salario, el ingreso de los hogares pobres podría resentirse aun más”, comentó.