Héctor Ballón recopila la historia del periodismo en Arequipa
Héctor Ballón recopila la historia del periodismo en Arequipa

El amplio trabajo de investigación de Héctor Ballón Lozada es uno de los mayores aportes para la historia de la Ciudad Blanca. Es por ello que el próximo mes publicará su libro número 34, en el cual recopila la historia de los medios de comunicación de .

Diario Correo conversó con él sobre este último texto, además de algunas anécdotas.

¿En qué consiste este libro?

Es un trabajo de investigación donde recopilo información sobre todos los diarios que aparecieron en Arequipa desde 1825 hasta nuestros días.

¿Cual fue el primer diario que apareció en la ciudad?

El primero fue Primavera Arequipa en 1825, en sus páginas anunciaba la independencia del Perú, además de detalles sobre los caídos en los enfrentamiento. Hay que resaltar que los matutinos escritos fueron los primeros, luego vinieron los radiales y posteriormente los televisivos, esto por una cuestión de la tecnología.

¿Cómo era antes Arequipa?

Era una ciudad con mucha cultura. En mi libro Arequipa Patrimonio Cultura indico que existieron 16 librerías. Recuerdo una en especial que pertenecía a la congregación de los Mercedarios, el cómo llegué allí tiene su historia.

¿Qué sucedió?

En 1961 yo estaba en París, recuerdo que ya estaba por regresar. Eran las ocho de la mañana y un amigo me dice “yo te voy a apartar el boleto de avión para que regreses, lo único que tienes que hacer es acercarte a cualquier agencia de Air France antes del mediodía y pagar”. Entonces yo me fui a pasear por todos lo lugares, a la torre Eiffel, en fin... y sin darme cuenta ya eran las 12:30; rápido tomé un taxi para que me traslade a cualquier agencia y pagar mi boleto. Llego a las 12:50 y la señorita me dice que lo perdí. Triste me fui, porque tuve que esperar dos días para regresar a Perú. Llegando al hotel veo las noticias y anuncian que el avión de Air France que iba abordar se estrelló y nadie sobrevivió. Luego de dos días, cuando subí al avión, la gente estaba asustada, entró en pánico y resulta que subió un curita. La gente decía que es mala suerte, yo me indigne y me senté a lado de él, así conversamos hasta llegar a Perú. Éste sacerdote era de la congregación Mercedaria; y un día, yo estaba caminando por la calle y me lo encuentro; yo estaba haciendo mi tesis para graduarme, le comenté ello y me dijo “ve a la biblioteca ahí hay bastante material”, desde ese momento todos los días empecé a ir era como mi hogar. Por eso le tengo mucho cariño a esa biblioteca.

¿Qué recomendaría a las autoridades?

Que cuiden nuestro patrimonio, es triste ver que lugares que fueron importantes estén descuidados. Hay que querer nuestra historia.

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