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Miguel Barreda Delgado nació en 1967 en Lima, pero fue criado en . La segunda bebida que conoció en la vida, después de la leche materna, fue la chicha de güiñapo. Estudió cine en la Academia de y TV de Berlín, Alemania. Su más reciente película se titula “Encadenados”, proyecto que recibió uno de los premios del Ministerio de Cultura para largometrajes regionales en 2012. Diario Correo conversó con él sobre su vida y pasión por el cine.

¿Cuéntanos sobre tus inicios en el cine? 

Mi primera experiencia creativa con el cine fue un taller que hicimos en el colegio (Max Uhle), con un profesor (Heinz Weischer) que tenía una cámara de súper-8 y los alumnos participantes nos repartimos todas las tareas. Fue fascinante. Años después, cuando vi por primera vez “Un perro andaluz”, de Buñuel, pensé que eso era a lo que quería dedicarme, a organizar imágenes y sonidos que provocaran emociones.

¿Háblanos sobre tu última producción? 

Encadenados, es un largometraje, que tiene una duración de una hora y cuarenta minutos, que muestra la vuelta a un día en diez personajes, en un contexto urbano contemporáneo, diez situaciones en las que se ha tratado de mostrar la poesía oculta en lo cotidiano, con un tema en común: el miedo a la libertad.

¿Qué tanto espacio le das a la improvisación? 

Más que a la improvisación, me gusta darle espacio a los descubrimientos a los que me permiten asistir los actores y los artistas involucrados en el proceso creativo (directores de fotografía, sonido, arte, etc). No es algo que se pueda cuantificar, pero aun en los momentos muy planificados hay espacio para aquellos hechos maravillosos que escapan al control.

¿Existen hoy en día límites entre la realidad y la ficción?

 Creo que nunca han existido, creo que la realidad y la ficción conviven desde siempre. Si una ficción es sustentada por científicos, los que creen en la realidad mensurable la aceptarán como real.

Tu carrera, seguramente, se mueve entre distintos géneros y estilos. ¿Cuál dirías que es el hilo común entre tus películas? La búsqueda de imágenes que me conmuevan, el entusiasmo por descubrir situaciones que no haya presenciado anteriormente.

¿Cómo recibes las críticas? 

A veces sentado, a veces de pie.

¿Es difícil hacer cine en el Perú? 

Creo que es difícil hacer cine en cualquier parte del mundo mientras no se cuente con los medios necesarios. Muchos cineastas invertimos la mayor parte de nuestro tiempo buscando fondos de financiamiento. Pero nadie nos obliga a ser cineastas. No me gustaría dedicarme a otra cosa. Se podría vivir de hacer cine si estás constantemente trabajando en proyectos remunerados, o como técnico, pues hay demanda. Como director, tienes tus propios proyectos y muchas veces debes resolver los asuntos económicos con otras labores, que pueden o no estar relacionadas con el oficio audiovisual.

¿Cuáles son tus proyectos a futuro? 

De momento estoy trabajando en la adaptación de una novela de Teresa Ruiz Rosas, titulada “Nada que declarar”, que tiene como tema el tráfico de personas, y estoy terminando de editar el documental “La Señal”, dirigido por mi socio, Leandro Pinto Le Roux, cuyo tema es la educación, y que ha sido filmado con los alumnos y el maestro de una escuela rural unidocente, ubicada en la Reserva de Salinas y Aguada Blanca.

DATO.19 años lleva dedicados a la producción cinemato-gráfica; 15 cortos y 3 largometra-jes forman parte de su producción.

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