Exministro Ántero Flores: "Tenemos que cambiar la política"
Exministro Ántero Flores: "Tenemos que cambiar la política"

De vuelta al escenario. Ántero Flores-Aráoz, extitular del Parlamento, expresidente del PPC y exministro de Defensa, regresa al plano político para tentar la presidencia el próximo año. Apunta hacia el electorado ‘cansado’ de los políticos actuales, pero jura que, a pesar de su amplia trayectoria en el Estado, su opción es refrescante.

¿Expectativa para los comicios?

Es evidente, queremos ganar. Nos estamos rompiendo para hacerlo. Creo que la gente ya no quiere a los mismos que fueron candidatos. Donde voy, percibo hartazgo por los políticos, quieren nuevos. Pero no buscan un salto al vacío.

Esa es la figura que el actual gobierno parece afirmar...

Sí, y como lo que podría ser...uhm, Diez Canseco. (Se refiere al empresario Mauricio Diez Canseco).

Y una opción nueva como Julio Guzmán, ¿qué opinión le merece?

Él no es un salto al vacío, es un salto a la nada. Hasta ahora no le fue bien. En los foros donde participó le sacaron la mugre. Todo es, ‘quizás’ o ‘tal vez’. Pero nada concreto.

¿Cómo lidiar con políticos como Keiko o Alan?

Yo creo que la franqueza. Y presentar tus equipos y planes de gobierno. Tenemos que cambiar la política, no podemos seguir en lo mismo del “bailecito”. (hace referencia al ‘teteo’ de García).

Un porcentaje de votos se define en la última semana antes de la elección. Incluso, un día antes. ¿Eso juega a su favor?

Más que eso, habría que analizar que existen votos fuertes que no se cambian. Es el denominado ‘voto duro’. A pesar que considero se están perdiendo las ideologías políticas, por ejemplo, el que es aprista no cambiará su voto.

¿Y en el caso del fujimorismo?

El que es fujimorista... podría ser. Porque distingo dos tipos: El duro, que proviene del papá (Alberto), y otro que simplemente pide orden, pero que otras agrupaciones, como nosotros, también podemos dárselo. Ese no es tan fuerte. Pero el aprismo, más que un partido, es una enfermedad hereditaria.

¿Qué opina sobre el último gobierno de Alan García?

Fue uno muy bueno. El primero sí, una calamidad.

¿A pesar de los escándalos por los narcoindultos, petroaudios...?

A pesar de eso... Mira, un gobierno es como una empresa, donde se presenta un balance y hay cifras azules y rojas. Importa quedar en azul. Creo que Alan García quizo pasar a la historia, y sinceramente no creo que haya recibido dinero por un indulto.

Pretender el triunfo implica una mayor agresividad en su campaña.

Claro, pero no vamos a caer en el insulto, de ningún modo. Tampoco en el desprestigio. Puede haber la frase que genere algún titular, sí. El otro día me preguntaron, “¿Y a usted por qué le dicen gato gordo?”. Respondí: “Porque cazo ratones, cazo ratas y cazo cuyes” (Se ríe). Pero más allá de la imaginación o la sátira, el insulto de ningún modo. Hay formas más inteligentes.

¿Habrá una elección con matices diferentes?

No creo. Eso sí, ahora se manejarán más las redes sociales.

Algo que Kuczynski enfocó mejor en el 2011...

Sí, lo controló muy bien. Pero la gente se ha ido decepcionando después de la “Ley Pulpín”, donde dijo “que sí, que no”. Uno debe ser serio en su propuesta, y sobretodo, coherente. No queremos más de la “flautecita”(ríe).

¿Después de visitar Arequipa, qué viene?

Voy al norte, tengo reuniones en junio en Trujillo y Chiclayo.

En el sur hay una demanda insatisfecha por las políticas del gobierno. ¿Cómo captarlos?

¡Con seriedad! Decir las cosas como son, y explicar que, si tú quieres elevar los niveles de vida, debes tener un trabajo. Y para tener un trabajo, debe haber inversión. Eso no te cae del cielo, pero hay que enseñar ello a la gente.

Se refiere al hartazgo hacia los políticos de siempre. Pero, a un exministro y excongresista, ¿no lo verían como un político tradicional?

Tiene que verse de otra forma: Que yo tengo la experiencia de estadista, que me preparé desde que era regidor, que pasé por todos los cargos. Entonces, la gente tiene que entender mi escalamiento en la política. No soy un señor Toledo que estuvo en una universidad de Estados Unidos y por eso quiere ser presidente; o como un señor agregado militar que hizo un “Andahuaylazo”... No. Acá, en mi candidatura, hay preparación y vamos a mostrarlo. Insisto, ya no queremos más saltos al vacío.

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