Campeón nacional de parapente recorre el cielo ayacuchano

Es el actual campeón nacional de parapente en el Perú, gracias a este deporte conoció varios países a nivel mundial, formó lazos de amistad duraderos y se ha declarado abiertamente enamorado de Ayacucho. Juan Francisco Ortíz Osorio está en suelo local y recorrerá todo el cielo huamanguino en el I Campeonato Nacional de Parapente, que empezó ayer y culminará este domingo.

En exclusiva para el diario Correo, el referente nacional de este deporte extremo, habla sobre sus inicios, sus experiencias, formas de vida, objetivos y empresas que pudo formar gracias a la práctica del parapente.

¿Cómo fueron tus inicios en este deporte?

Inicié volando a los 13 años como conejillo de indias de unos amigos y mis primos que me llevaron a volar, comencé con las alas delta, esa fue la primera vez que volé y me conecté inmediatamente con ese sentimiento, a los 15 me metí al mundo del paracaidismo, instructor, campeón nacional de paracaidismo, a los 17 me fui a EE.UU a trabajar como paracaidista y me dediqué al paracaidismo como profesión.

¿Cuándo ingresas a la práctica del parapente en si?

Me comencé a involucrar en todo lo que es vuelos y apareció el parapente, me introduje en este mundo, me apasioné mucho y con este último comencé a desarrollar más la parte comercial, entré en el mundo publicitario, tengo una agencia de publicidad aérea, escuela de vuelo, soy piloto profesional, voy a competencias, trabajo como reportero aéreo para diferentes medios nacionales e internacionales.

¿Qué sensaciones te embargan cuando estas en el parapente?

Siempre tuve la suerte de dedicarme a lo que me apasiona y esa pasión se convirtió en una forma de vida y ello en una forma de trabajo. Es algo que es fácil de decir, de poder vivir de lo que te apasiona, a la vez ayudar a desarrollarlo acá y compartirlo con la gente que quieres.

A mucha gente de cuesta un poco poner en práctica este deporte

El vuelo tiene mucha historia, la gente siempre pensó que el vuelo es un deporte peligroso, pero no lo es. La idea es poder demostrar que todo el mundo lo puede hacer y pasa eso, hay gente que piensa que no puede volar y cuando lo hacen rompen esa barrera, cuando empiezas te das cuenta que no solo lo haces como pasión sino que puedes aprenderlo y se abre un mundo nuevo.

Tienes algún anécdota

Uno de los vuelos más me llenan es un despegue que hice de Machu Picchu de noche, cuando fueron los cien años de Machu Picchu y me contrataron para volar sobre él con un cóndor en el parapente y soy el único que lo hizo.

Como todo deporte requiere un sacrificio y preparación

Es como uno mismo tu te preparas para dar lo mejor y si das la mejor y estas en un buen nivel para la competencia bestial, pero si das lo mejor y ello no alcanza para estar en un buen nivel competitivo, bueno diste lo mejor.

¿Cuántos países has tenido la oportunidad de conocer?

Países de toda América, no fue a Europa a volar todavía, pero sí Sudamérica, Centroamérica y Norteamérica.

¿Cómo observas Ayacucho para la práctica de este deporte?

Estoy enamorado de Ayacucho, es un Cusco pequeño o en ‘pañales’, ojalá se mantenga así, se desarrolle, pero que no llegué a un nivel muy aglomerado. Ayacucho llegará a desarrollarse de manera grande, en lo que es parapente tiene todas las condiciones, las zonas de vuelo y con un buen apoyo de la empresa privada se puede desarrollar esta región a nivel internacional.

¿Qué tal son las características del clima?

Es una zona de vuelo increíble, lo que tiene para las necesidades del deporte son muy buenas. No dudo que se va convertir en un centro de vuelo internacional muy importante a nivel mundial, tiene todas las condiciones para llegar a serlo.

Finalmente ¿qué esperas de la competencia?

Sobretodo que podamos compartir y divertirnos en la competencia, que es uno de los fines principales.