GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

Eduardo Carrera inició a coleccionar mini botellas de licores de todo el mundo a los 19 años. Todo empezó en un viaje en avión, cuando le regalaron una botellita de Johnnie Walker y desde allí no ha parado de recabarlas. 

A la fecha tiene una gran colección de botellas de todo el mundo que actualmente la misma que es admirada por sus amigos y conocidos y que ahora pueden ser vistas en el bar deportivo: La Fábrica.

Eduardo concedió una entrevista a Correo y nos contó por qué este afán de coleccionar botellitas y datos curiosos sobre esta inusual colección que mantiene.

¿Cómo surgió la idea de la colección?

Inicié a los 19 años, cuando en un viaje a Estados Unidos me dieron en el avión una botellita de Johnnie Walker etiqueta roja y cuando regresé a Perú me regalaron por navidad una botella grande... (me tomé la grande y conservé la pequeña), así fue que nace este hobbie, ya que luego conseguí una etiqueta negra, de ahí un Gin y luego de tener tres pasé a 10 luego a 30, 50, 100...1,000 y hasta la fecha sigo ya con más de 2,150....

Todos los seres humanos tenemos formas, características, modelos, tendencias y creo que ésta tendencia es fruto de mi identidad global (y de mi pasión: el turismo); amo la historia que hay detrás de cada botellita y por lo que representa.

¿De qué consta la colección?

Son más de 2,150 miniaturas (de 50cl) de licores de índole diversa, que representan productos que tienen historia, tradición, nacionalidad y marca propia. Cada botella representa un cúmulo de data, como: Tipo de planta, destilería, procesos, tradiciones, historia, personas, patentes, entre otras características que las hacen únicas a todas.

¿Hasta ahora como has ido coleccionando las botellitas y qué comentarios ha recibido de la gente que lo ve?

Mi colección ha crecido gracias a mis amigos y familiares, que saben (cada vez que viajan y ven botellitas...me pasan un WhatsApp con fotos de estas) y si no la tengo de seguro viene como regalo; siempre están alertas a la búsqueda, son un gran apoyo.     

Los comentarios que recibí de quienes aprecian la colección, son diversos, como: “Qué paciencia!” / “Cuánta diversidad” / / Me gustaría tener algo así!... y la más divertida "nunca se te ha dado por abrirlas y tomártelas?

¿Qué valor tiene para ti la colección?

Totalmente intrínseco, es la suma de: Esfuerzo, pasión, paciencia, búsqueda; es decir, hay toda una dedicación invertida en el proceso.

¿Cuántas mini botellas de la colección se están exhibiendo en La Fabrica?

Hay una gran gama de la colección mostrándose, aproximadamente 720, sin embargo busco hacer más espacio para mostrar la mayor cantidad posible.     

¿Cómo planeas seguir desarrollando el proyecto?

Continuar con la motivación inicial. Creo que éste asunto es algo sin final, porque, por más que llegue a poseer todas las botellitas del mundo (que son más de 50,000 para ser exactos), seguro que se seguirán creando muchas más y esto será un camino “At infinitum”.

Para terminar Eduardo invitó a todos a visitarlo y conocer su proyecto en La Fábrica SportsBar. "Es un lugar muy acogedor, queda en Santa Catalina y si me visitan les explico la procedencia e historia de todas las botellitas que deseen, es una promesa (risas)", finalizó