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En total son 15 imágenes las que recorren todo Cusco a fin de llegar hasta la Catedral de esta ciudad y encontrarse para salir juntas en procesión. La fiesta comienza un día antes de Corpus Christi, en la denominada 'entrada de Corpus', cuando las imágenes llegan de distritos tan alejados como San Jerónimo (a ocho kilómetros de Cusco). Una vez en el templo los santos y vírgenes son 'guardados' para la procesión del día siguiente.

El primero en salir es San Antonio Abad, cargado por estudiantes y docentes de la universidad que lleva su nombre, lo sigue San Jerónimo y luego San Cristóbal, este último es el santo más pesado de todos, pues la escultura es batante grande, además de sus adornos y su anda.

Así continúa el paseo de los demás santos y vírgenes, siendo la última en pasar la Virgen Inmaculada Concepción, llamada también 'La Linda' debido a lo delicado de su rostro, ella cierra la procesión y a sus espaldas se cierra el gran portón de la Catedral de Cusco.

Durante siete días los santos 'descansarán' en la Catedral antes de la 'octava de Corpus', cuando la procesión se repetirá, pero esta vez de regreso a sus templos e iglesias de origen.

Esta tradicional muestra de fe fue adaptada al catolicismo en la época de la colonia, ya que los antiguos habitantes de Cusco antes sacaban a pasear sus momias al rededor del Haucaypata o lo que ahora es la Plaza de Armas de Cusco, es así que la procesión del Corpus Christi fue impuesta junto con la religión, sin embargo algunos elementos andinos sobreviven hasta hoy.

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