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Son 20  y solo tienen 6 uniformes contra incendios. Sus botas están huecas y algunas mangueras parchadas con plástico. Esta es la realidad de los bomberos de la Compañía N°30 de . En estas condiciones, estos héroes de carne y hueso salen a enfrentarse a diario a la muerte.

120 bomberos integran la compañia N°30 pero solo 20 acuden. 15 botas en mal estado tienen en la compañía de bomberos.

Conmovidos por el deceso de tres colegas en el incendio en El Agustino,  se atrevieron a mostrar las armas con las que enfrentan al peligro en la ciudad.

ALTO RIESGO.  El jefe de operaciones de la compañía de bomberos, Marco Martínez explicó que por cada unifome hay 3 bomberos esperando usarlo. En la “Bomba” ayer vimos cómo los implementos de uso personal están practicamente en desuso y constituyen un riesgo a la salud e integridad de los voluntarios.

Los trajes más antiguos datan de unos 15 años atrás, los cascos de hace 4 años y los siguen utilizando, porque no hay más.

Las botas huecas también las tienen que calzar. En una ocasión un voluntario acudió a un incendio y perdió la uña, porque le cayó un tronco de madera, ya que la bota estaba hueca.

INSUFICIENTE. Los seis uniformes que tienen contra incendios, tienen una antigüedad de dos años, pero son insuficientes ya que cada bomberos como mínimo necesita dos trajes disponibles. En varias ocasiones tienen que desvestirse en la calle para darle la ropa a otro colega que espera. Y hasta sucede queocurren dos incendios simultáneos y el bombero concurren a la emergencia con el traje empapado.

Aniversario 77 años cumplirá la Compañía de Bomberos de Huancayo este 26 de octubre y realizarán una ceremonia.

“Nadie nos manda botas, guantes, ni capuchas, para protegernos tenemos que comprar con nuestro dinero, nosotros venimos sin ganar un sueldo y hacemos el trabajo con cariño y vocación”, comentó Marco Martínez que invoca a las autoridades y a la ciudadanía hacer algo por los bomberos voluntarios, ya que ellos dan su tiempo por rescatar vidas en un incendio, auxilian a los heridos en los accidentes y asisten a personas enfermas.

TESTIMONIO. El seccionario cuyo corazón late intenso ante el peligro. Noé Chihuán ingresó a la “bomba” N°30 cuando tenía 37 años, ya tiene más de 20 años en la institución. Y ahora que bordea los 53 años, cada vez que escucha la sirena, la adrenalina le sigue corriendo por las venas, además de su deseo por ayudar al prójimo. Este seccionario retirado, es el conductor del cisterna y vivió un sinfín de anécdotas. Vio a un colega morir arrastrado por la corriente del río Mantaro y también auxilio a decenas de heridos en accidentes.