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Nadie sabe desde cuando inició el tradicional “Lavado de Tripas” como parte de la festividad en homenaje a la Santísima Cruz de San Cristóbal de Pucará. Festividad que año a año concita la atención de propios y extraños por la tradición y la fe en ella.

HISTORIA. Según cuenta Máximo Delzo ( 80), su padre le inculcó la fe en la santísima cruz, y a este su abuelo y a este su tátara tátara abuelo y lo mismo dicen otros pobladores. Cada 5 mayo los mayordomos siguen una tradición bastante peculiar y poco conocida. Desde muy temprano un familiar del mayordomo le lleva a este un obsequio, un toro vivo.

Luego al son de la orquesta es sacrificado y pelado delante de los asistentes, quienes forman colas con vaso en manos para beber la sangre caliente del animal, la misma que según sus creencias es mejor que una transfusión de sangre y es curativa.

De la piel que cubre el escroto del toro sacan una especie de gorra que es entregada al mayordomo como símbolo de poder, de los órganos genitales sacan el famoso huacapincho que también le entregan para que castigue a los que no bailan.

De la cola sacan una especie de látigo que le entregan ala esposa del mayordomo para que haga lo mismo y de la grasa que recubre su estomago sacan una especie de lliclla.

Las tripas se ponen una canasta adornada con la bandera peruana y al son de la orquesta son trasladadas hasta el río Pucará en donde las parejas ayudan al lavado entre baile y jolgorio.

MAYORDOMÍA. Ciro Huacaychuco, fue mayordomo, el último día de la fiesta entregará el huacapincho a su sucesor.

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