Comuneros de Hualá se convierten en empresarios
Comuneros de Hualá se convierten en empresarios

Cuando el sol se despierta, las vacas de la comunidad campesina de Hualá, del distrito de Yauli, provincia de Jauja, salen a pastar sobre uno de las mejores campiñas del valle. Los animales, gordos siempre, son criados con pastizales que se enervan gracias al agua cristalina de puquiales aledaños, lo que deja al animal saciado y listo para producir la leche, materia prima que esta comunidad ha aprendido a transformar en su mejor producto de exportación: el queso D’Hualá.

Los hualeños se jactan de que sus puquiales son los mejores de la zona. Y puede ser cierto. Cerca, por ejemplo, en otros distritos, la mayoría de sembríos son regados por el canal CIMIRM, un afluente de agua que si bien no está tan contaminado, dicen ellos, no deja el pasto fresco y natural como en su comunidad.

El queso D’Hualá, producido por la comunidad campesina, empezó con algunos socios. Poco a poco, viendo que se necesitaba más mano de obra y más comuneros para hacer sostenible la empresa comunal, se sumaron más personas. Hoy, son 53 socios bajo la presidencia de Carlos Vargas Romero.

MARCHA. La jornada para ellos comienza muy temprano. A diario, hay que recolectar entre 500 y 600 litros de leche de las vacas que comen el pasto fresco. Luego, el producto se procesa en una planta procesadora de lácteos gestionada con el programa Agroideas del Ministerio de Agricultura en el 2015 por los mismos comuneros. Esto les permite convertir la leche en queso con la técnica del envase al vacío, lo que garantiza un producto natural y fresco. En junio pasado, los comuneros adquirieron varios equipos valiosos, como un tanque de enfriamiento que tiene una capacidad de mil litros, que congela la leche hasta menos 15 grados centígrados; además, para pasteurizar la leche, hay mesas de trabajo, prensa automática, la tina quesera, el frigorífico para la conservación de quesos, entre otros equipos.

Por ahora, los comuneros se han abierto mercados garantizados en Huancayo y Satipo, lo que les permite buscar nuevos espacios en razón de la preferencia del público. Pero no solo apuntan al queso. Los comuneros ya han visto la forma de adquirir equipos que permitan convertir su rica leche en yogurt y mantequilla, derivados que tienen mayor aceptación en todo el país y el extranjero.

Conocedores de que los límites no sirven para los soñadores, los comuneros de Hualá piensan expandirse principalmente en los mercados de Lima, donde ya han visto la calidad de sus productos y solo deben ampliar la producción para llenar la demanda.

Los quesos de Hualá son un ejemplo de emprendimiento comunal que ha merecido elogios en el sector empresarial, pero también sirve para conocer que la organización de comunidades para emprender negocios es un acierto que no debemos dejar pasar. Quizá, el sueño de convertirse en empresarios nació en agosto de 2013, cuando los comuneros, recuperaron 182 hectáreas de terreno que les habían arrebatado con argucias, pero que ellos, otra vez organizados, recuperaron en la madrugada del 8 y 9 de agosto del 2013. Fue entonces cuando Carlos Vargas Romero, presidente de la comunidad campesina del anexo de Hualá. Los pastos pertenecen a los comuneros y la comunidad de la cual hacen uso para alimentar a sus animales. Ahí empezó el sueño.

PLANTA. Se encuentra ubicado en la Carretera Central, barrio Corpacancha cerca Hualá y expenden en la plaza principal.

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