​Uno de cada 650 bebés nace con paladar hendido y labio leporino 

Desde que nació, el niño de iniciales M.J.Q.C (2) se sometió a dos operaciones de labio leporino y paladar hendido. Su padre Vicente Quiñonez, natural de San Agustín de Cajas, dijo que su hijo no podía lactar, y se alimentaba a través de una sonda. Después de dos intervenciones, la calidad de vida del pequeño, mejoró. Y ahora, al igual que él, 159 personas buscan ser operados en la campaña gratuita que emprendió la Sociedad de Beneficencia de Huancayo (SBH). La incidencia de casos es de uno por cada 650 nacimientos. Esta complicación afecta al labio superior, encía superior, paladar y nariz, informó el cirujano de la ONG Qorito, Alberto Bardales.

DIFICULTAD.  Agregó, que el paladar hendido y el labio leporino son defectos congénitos. Ocurre cuando el labio superior y el paladar no se desarrollan correctamente. Esto sucede en los primeros meses de embarazo. Un bebé puede tener paladar hendido o labio leporino o ambos.

“Entre las complicaciones, resalta que como la nariz y boca están unidas, obviamente los alimentos se pasan a la nariz, también sufren resfriados, dificultad para comer y hablar”, dijo. Inclusive tener infecciones de oídos, pérdida de audición y problemas con sus dientes. Bardales, detalló que en los aspectos psicológicos se asocia al rechazo, aislamiento, entre otros.

A esta campaña que también es promovida por el Comité de Damas de la Municipalidad Provincial de Huancayo, llegó desde Río Negro (Satipo) Walter A. A. (39) para que sus dos hijos de iniciales R.A.M (12) y S.A.M (10) se sometan por tercera vez a una intervención quirúrgica. El primero por labio leporino y el otro por paladar hendido. “Cuando nacieron me dijeron que era congénito, espero que tengan una mejor calidad de vida”, aseguró Walter.

Al, igual que Teodosio Marcañaupa (47) vivió hasta ahora con labio leporino, él es natural de Huancavelica. “Mi hijo por internet encontró esta información, espero poder acceder a una intervención quirúrgica”, relató.

Es así, que los médicos integrados por anestesiólogos, cirujanos plásticos, terapeutas del lenguaje, psicólogos, entre otros, evaluarán a los pacientes para dar el siguiente paso, que es la operación.