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El Fenómeno de El Niño no solo podría ser de “fuerte a extraordinario” como el de 1982 - 1983, sino que el Perú no está totalmente preparado para enfrentarlo, según observó un grupo de expertos en el seminario internacional “El Niño hoy, situación y perspectivas”, realizado ayer en Lima.

Ena Jaimez, meteoróloga especialista de Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred) , informó que las autoridades se preparan para un “Niño extraordinario”, cuyas consecuencias serían lluvias intensas e inundaciones en el norte, huaicos en la sierra central, sequías en el sur , destrucción de servicios de agua y comunicaciones y hasta la caída del PBI.

A ello se suma efectos en el agro, la pesca y hasta el incremento de enfermedades diarréicas, dengue y malaria.

Solo los fenómenos de El Niños de 1982 -1983 y 1997 y 1998 provocaron una caida del PBI promedio del 5 al 7% y las pérdidas económicas en daños llegaron a US$ 2,277 millones y US$ 3,569 millones, respectivamente

VULNERABLES. Jaimez dudó que el Perú pueda capear de manera eficaz ese temporal dada la “vulnerabilidad de su población”. Explicó que, actualmente, en la capital y muchas regiones del norte la informalidad de viviendas en zonas de alto riesgo es creciente y peligrosa.

Según el mapa de Cenepred, unas 16 regiones se verían afectadas por El Niño. Asimismo, son detectados unos 500 puntos críticos, entre ellos, las cuencas del Rímac, Santa Eulalia, Chillón, Lacramarca, La Leche, Piura y Tumbes, donde hay centros poblados muy cercanos.

César Augusto Vidal Garland, ex director del Programa de Reducción de Vulnrabilidad frente al Fenómenos de El Niño -Perú, también expresó ciertas dudas.

Vidal dijo que todo desastre natural se produce en gran medida por una mala planificación o la falta de evaluación de la vulnerabilidad.

En ese sentido, cuestionó que en Piura y Tumbes se haya “reconstruido la vulnerabilidad”, toda vez que se levantó los puentes caídos durante el Fenómenos de El Niño de 1997 -1998 con la misma infraestructura. En ese sentido, señaló, hay un alto riesgo que se vuelvan a caer con las probables inundaciones del próximo verano

Jorge Luis Tecsen, de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), señaló por su parte la vulnerabilidad del las riberas del Rímacy Chillón en Lima, donde familias enteras se han asentado construyendo viviendas precarias y hasta de material noble en la ribera del río y hasta legalizaron sus propiedad , en zonas como Ñaña, Lurín y Chosica, donde se detectó la destrucción de las defensas ribereñas.

“La franja marginal del Rímac tiene caráctar intangible, pero esta invadidas porque los mismos gobiernos locales lo permitieron”, afirmó.

En efecto, según aseguraron los mismos expertos, hay pobladores de las riberas que tiene “título de propiedad hasta en el rio”.

SIN PRESUPUESTO. José García Pisco, analista de la Oficina de Gestión de Riesgos de Desastres y Atención de Emergencias del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), reconoció que no hay un presupuesto específico para afrontar el Fenómeno de El Niño de 2016, salvo el recurso de contingencia para desastres de S/. 50 millones que se usarían para reducir daños y reconstruir la infraestructura.

Sostuvo que ahora el nivel de atención de riesgos y prevención le corresponde a los gobiernos regionales y solo en el caso de una “Declaración de Emergencia”, el MEF deberá readecuar su presupuesto.

Precisó que mientras tanto, el MEF maneja una partida de S/. 1024 millones para reducir la vulnerabilidad de desastres en algunos puntos del país. Sin embargo, en estos casos, los gobiernos regionales deben tener una ficha de información sobre los servicios de infraestrutura pública de su jurisdicción y ese es “un punto débil “ a fortalecer.

Recordó que en 1998, muchos proyectos para reconstrucción de puentes no tenían esa ficha de emergencia y hubo problemas en ejecutar las obras.

En la misma línea, se mostró José Díaz Oliden, director del Programa “Nuestras Ciudades” del Ministerio de Vivienda, quien especificó que tienen “los mecanismos de financiamiento y soporte técnico” pero “les falta el enfoque” para operar de manera eficaz la reducción de vulnerabilidad, y eso lo proporcionan los gobiernos regionales y locales.

Indicó, además, que la mayoría de ellos no tienen ningún estudio de los niveles de riesgos en su jurisdicción.

El problema se acrecienta si se toma en cuenta que en la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales y la Ley Orgánica de Municipalidad no se contempla el tema de “Gestión de Riesgos”.

Por eso, acotó, en el Perú hay “zonas identificadas” de “alto riesgo” pero no declaradas de alto riesgo, mecanismo que debe ser implementado por los gobiernos locales para operar eficazmente.

“El gobierno es responsable de la planificación urbana y rural, pero están sin brújula. Solo el 18% de gobiernos locales tiene un plan de desarrollo urbano, varios están mal hechos”, puntualizó.

Esta información cambia totalmente la expectativa de la población del norte, que esperaba un periodo lluvioso entre mayo y junio. Todo parece indicar que los últimos meses del año se sentirá realmente el desastre natural.