La pareja que nunca tuvo “poder”
La pareja que nunca tuvo “poder”

A mí -qué quieren que les diga- no me ha sorprendido demasiado ni me ha conmocionado mucho el ver a  y a Nadine Heredia ingresando a la cárcel. Era, por decirlo así, algo que yo venía venir, tarde o temprano. Y esto por una razón fundamental: la llamada pareja presidencial es lo menos poderoso que he visto, desde que tengo uso de razón, sentado en Palacio de Gobierno. Ni Toledo, tan vapuleado en su momento, fue tan débil y vulnerable, tan controlado estando en el máximo poder.

Y no es que pretenda bajarle la llanta al juez de moda, Richard Concepción Carhuancho, de quien muchos dicen hoy que tomó una decisión valiente. Sí, lo fue, más allá de que hayamos visto una retahíla de opiniones de especialistas cuestionando su fallo. Pero apostaría a que Concepción Carhuancho sintió algún temblor en la mano en otros casos, pero no en este que terminó siendo más histórico y mediático.

Por sus actos, Ollanta Humala y Nadine Heredia se han visto arrinconados y fustigados por los medios, por los políticos y por la justicia antes, durante y después del poder. En el poder, Humala no supo mantener su mayoría en el Congreso y se le partió todo el núcleo nacionalista, se atomizó.

En la prensa -y eso no tiene por qué ser malo, por supuesto- Nadine Heredia ha sido la caserita en todo el periodo.

Las agendas, las famosas agendas de Nadine Heredia, tuvieron su apogeo en pleno periodo de gobierno humalista. Y las agendas, esas famosas agendas, les fueron robadas de su propia casa. Al primo de Nadine, el magistrado Carlos Ramos Heredia, lo destituyeron en pleno régimen del esposo de la prima. Y al “hombre clave” de lado oscuro de la fuerza humalista, Martín Belaunde Lossio, lo capturaron estando ellos en el poder, pese a todas las teorías de la conspiración sobre que el Gobierno lo protegía.

Para suerte de la justicia y la verdad, los Humala Heredia no controlaban realmente nada, cumplieron -al menos eso sí-con respetar el Estado de Derecho y la democracia, y por eso fueron investigados, como debería ser siempre. Y es bajo esa misma democracia y Estado de Derecho que deberán ser juzgados y encarcelados definitivamente si son declarados culpables.

Claro, no siempre quienes ostentan el poder tienen el grado de vulnerabilidad de la expareja presidencial. Y ahí está el otro gran desafío de la lucha contra la impunidad en un país como este: llegar también a los inimputables, a los que verdaderamente ostentan poderes fácticos.

TAGS RELACIONADOS