Los nombres, los nombres...
Los nombres, los nombres...

Aunque a cuenta gotas, las evidencias han empezado a asomar estos últimos días en el caso “Lava Jato”. Y por ahora dos expresidentes de la República aparecen implicados, notablemente salplicados, envueltos en indicios acusadores.

Estos indicios son los que hacen suponer que los régimenes de Alejandro Toledo y de Ollanta Humala tendrán un hilo conductor más claro y menos enrevesado respecto a las investigaciones. Y es quizás por eso que el expresidente que lideró el otro periodo de gobierno involucrado en el caso, Alan García, ha salido desde el comienzo a pedir los nombres con una ansiedad atípica en él.

Hay carne para rato en Toledo y Humala.

En el primero, todo parece resumirse en Ecoteva, en esos cerca de cinco millones de dólares en las cuentas de Josef Maiman, amigo íntimo de Alejandro Toledo. Las pesquisas de la operación “Castillo de Arena”, cuyos hallazgos fueron revelados desde Brasil, dan cuenta de anotaciones que complican al exmandatario. Todo parece cuadrar con la casa a nombre de la suegra y la confesión de los sobornos cariocas.

De Ollanta Humala reluce aquel “Proyecto OH” escrito en otro documento incautado en Brasil, con la presunción de que Odebrecht hizo aportes por tres millones de dólares para la campaña electoral del nacionalista.

En el caso del periodo de Alan García, en cambio, los sobornos fueron hechos de un modo oculto, prácticamente indetectable. De acuerdo a IDL Reporteros, el medio que más y mejor ha investigado el caso desde hace varios meses atrás, el consorcio IRSA Norte -controlado por Odebrecht, el mismo que ejecutó en el periodo aprista una construcción con sobrecosto- depositó cerca de 11 millones de dólares a la Constructora Área SAC. Esta constructora, representada por Gonzalo Monteverde y María Isabel Carmona, dio varias vueltas al dinero y terminó enviándolo al extranjero.

Según IDL Reporteros, cerca de 7 millones de dólares fueron girados a una compañía panameña creada por Mossack Fonseca: Balmer Holding Assets Ltd. Esta, a su vez, lo depositó en Trend Bank, con cuenta abierta en el First Caribbean International Bank, de Barbados. La documentación referente a esta última fue destruida, de acuerdo a la investigación, a pedido del propietario y dueño de la coima. Se trata, como se puede ver, de un pez gordo lo suficientemente astuto y “experto” que buscó ocultarse con esta serie de operaciones.

Y este, como otros nombres ocultos, serán de hecho los más difíciles de obtener en este entramado.

TAGS RELACIONADOS