Más de 50 crímenes registrados en la región Lambayeque están impunes

Dicen que no hay crimen perfecto, pero al parecer en la región Lambayeque aquella figura sí se daría, debido a que más de 50 crímenes han quedado prácticamente impunes.

“Hasta la fecha aún no encontramos justicia y no voy a descansar hasta que los asesinos de mi hijo estén tras las rejas. A veces siento que las fuerza me abandonan, pero no me doblegaré y continuaré luchando”, expresó José Adán Salazar Mejía.

Él es un padre que lucha arduamente para que la muerte del segundo de sus tres hijos se resuelva pronto y no quede impune.

CRIMEN. El arquitecto Roberto Carlos Salazar Meléndez fue asesinado el 10 de abril del 2012, cuando salía de su departamento de la Residencial Jockey Club del distrito La Victoria. Tras caminar hacia el cruce de las avenidas Unión y Antenor Orrego, un sicario le disparó a quemarropa y acabó con su vida.

Esta muerte está próxima a cumplir cinco años y en la Corte Superior de Justicia de Lambayeque - CSJL, el caso ha sido archivado por el Colegiado Transitorio de Chiclayo.

“Es lamentable la administración de justicia. Teniendo pruebas y testigos que acusan directamente a los sicarios y al autor intelectual, los magistrados no dan credibilidad a las declaraciones. Además hubo un mal trabajo por parte de la fiscal Harumi y por ello les dieron libertad a los criminales alias Saltojo y Gusano”, aseveró Adán Salazar.

Desde aquel día que mataron a su vástago, dijo que su vida ha cambiado rotundamente. Esta vez ha apelado hasta la Corte Suprema, en donde espera que el caso se reabra y encuentre justicia.

LAMENTABLE. Mientras que el 6 de enero del 2011, cuando todo aparentemente se mostraba calmado, una voz de alerta daba a conocer sobre el asesinato de una joven madre de familia. Su nombre es María del Carmen Requejo Chanamé.

Ella fue hallada muerta en donde era la casa de sus suegros en la calle Manuel María Izaga, frente a Sanidad de la Policía. La encontró su pareja Homero Duárez Suárez.

La víctima estaba en el baño de la vivienda y presentaba signos de haber sido golpeada en la cabeza, aparentemente con un desarmador.

“Ya han pasado 7 años y es un crimen más que queda en la impunidad. A pesar que hay pruebas contundentes sobre la muerte de mi hija, como del médico legista, el sustento de los fiscales, el asesino o los asesinos aún están libres”, acotó Walter Requejo, padre de la joven madre.

Además indicó que para él, el único responsable de la muerte de su hija es el padre de su nieto.

“Voy a continuar luchando hasta el final, a pesar que mi vida ha cambiado al 100 por ciento, yo voy a encontrar justicia en Lima porque en Lambayeque no lo hay. Estoy esperando que el Tribunal Constitucional resuelva si anula el archivamiento del caso e inicia nuevamente a fojas cero”, enfatizó.

OTROS ASESINATOS. Al igual que los crímenes anteriores, otros 20 casos también se encuentran sin resolver hace muchos años.

Uno de ellos, es el del ex gerente administrativo de la Empresa Agroindustrial Pucalá, José Sergio Yancul Zapata (55), quien recibió varios disparos delante de su esposa y una nieta.

El hecho de sangre ocurrió al promediar las 11 de la noche, del 4 de noviembre del 2005, cuando la víctima se encontraba con su esposa Elda Maura en la calle Los Nogales, en el sector Villa Hermosa del distrito de José Leonardo Ortiz.

Fue en ese momento que aparecieron cuatro asesinos a sueldo y le dispararon a quemarropa, posteriormente huyeron sin llevarse el maletín que contenía 4 mil soles.

Por otro lado, el 28 de octubre del 2008, dos sicarios mataron al abogado Fernando Arbulú Roca, quien era abogado y exgerente de la empresa Pucalá. Además tenía el caso de la iglesia Movimiento Misionero Mundial, donde dos grupos de pastores se disputaban la parte del colegio en Chiclayo, los mismos que se enfrentaron a balazos y resultaron 11 personas heridas.

Arbulú Roca era procesado por promover la toma del centro educativo.

El letrado recibió 15 balazos cuando se encontraba en el interior de su camioneta que estaba estacionada en la esquina de la avenida Luis Gonzales y la calle Tacna. Estaba en compañía de su hija, quien tenía 16 años de edad.

Según la Policía, en ese momento los asesinos se llevaron un maletín en donde el fallecido portaba documentos relacionados con varios casos penales.

Desde aquel día hasta la actualidad nadie ha sido detenido por este crimen.

Del mismo modo, el 28 de abril del 2010, el abogado Alex Roberto Minaya Delgado fue baleado y acuchillado por un grupo de desconocidos, al momento que el occiso trató de impedir que estos capturaran un camión con cargamento de azúcar.

Recibió dos disparos en el pecho y fue acuchillado varias veces a la altura del corazón.

El 21 de agosto del 2010, asesinaron al vigilante Segundo Burgos Fernández (38) de varios disparos cuando trataba de impedir que extrabajadores intentaban ingresar a las instalaciones de las áreas administrativas del ingenio azucarero de Pucalá.

La víctima habría puesto tenaz resistencia. Estas son algunas de las muertes que prácticamente hasta la fecha han quedado impunes.