Esta es la historia del carpintero que hace cantar a la madera en Moquegua
Esta es la historia del carpintero que hace cantar a la madera en Moquegua

A sus 76 años, Rolando Cuayla se ha convertido en un maestro de los instrumentos de cuerdas.

Desde que cumplió los 40, no ha dejado de fabricarlos y ahora vive de ello.

Su especialidad son las guitarrillas o “charango de pascua”, un instrumento de 20 cuerdas y que es el eje central de las ruedas en la danza el Sarawja.

Al haber aportado a la singular forma de cantar y a la música –única en el país- fue reconocido cuando el baile fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación.

En la comodidad de su casa tiene su taller, donde –asegura- elabora una guitarra en una semana y siempre a solicitud del cliente.

La calidad de sus instrumentos, diseño y la afinación que deja en ellos, es aplaudida en la ciudad, sobre todo por quienes residen en el Valle Interandino del Ticsani, de donde es oriundo el Sarawja.

Rolando, vive en la calle Ilo N° 1348, ubicada en el pueblo joven Mariscal Nieto. Allí tiene su taller y es donde nacen todo tipo de guitarras.

“Todo fue por curiosidad. A mí nadie me enseñó cómo elaborar una guitarra”, sostiene mientras cuenta su historia.

A finales de la década del 70, laboraba como carpintero para una contratista en el proyecto minero de Cuajone. En ese entonces, los capataces se alegraban en las noches tocando guitarra.

Como el jefe de Rolando, no tenía un instrumento, su ayudante, que por cierto era pariente de los Falcón, le sugirió construirle una. Es así que desarmaron una guitarra y siguiendo el molde, fabricaron una nueva para su jefe.

“El capataz de los albañiles vio mi trabajo y me dijo que estaba perdiendo plata, que me debería dedicar a fabricarlas”, señala.

Eso fue lo que impulsó a perfeccionar el oficio de Rolando. Por las noches cuando ya no trabaja en la mina, se dedicaba a diseñarlas y construirlas.

Al año siguiente terminó la obra en Cuajone y regresó a Moquegua con una mejor forma de ganarse la vida. Aquí es donde perfeccionó el charango y la guitarrilla.

36 años después no deja de fabricar instrumentos. Su especialidad el “charango de pascuas”. Entre los meses de diciembre y abril recibe varios pedidos. Cobra entre 400 y 500 soles por una pieza, cuyo sonido melancólico, conjuga con el lamento de los campesinos en el Sarawja.

Antes de terminar la entrevista, Rolando Cuayla hace una presentación para demostrar que tocar la guitarrilla es mucho más fácil que la guitarra.

Tras enseñarme algunas notas, aprovecha la entrevista para dirigirse a los jóvenes y pedirles que revaloren la música andina de Moquegua y no la cambien por otros ritmos.

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