Los refugiados piden abrigo y exigen al gobierno regional cumpla ofrecimientos

Hace cuatro meses, más de 9,000 damnificados se refugiaron en los campamentos ubicados a un costado de la carretera Panamericana, en Piura. Aunque cuentan con algunos servicios elementales, exigen a las autoridades cumplan con el ofrecimiento de limpiar y nivelar el terreno para poder levantar sus viviendas.

Correo visitó ayer los campamentos de San Pablo y los ubicados en el kilómetro 980, para conocer cómo sobreviven las miles de familias asentadas desde el 27 de marzo del presente año.

El agua potable no les falta, aunque para abastecerse tienen que llevarla en baldes caminando considerables distancias en la arena del desierto. También cuentan con baños portátiles que hace poco instaló el Ministerio de Vivienda y Construcción.

MOVILIZACIÓN. En el campamento San Pablo, encontramos a cientos de pobladores reunidos con sus dirigentes, organizando una movilización hacia el gobierno regional, para exigir que cumplan con el ofrecimiento de limpiar y nivelar el terreno donde se asentarán definitivamente.

Cristóbal Timaná Morales, presidente del Comité de Gestión de los Damnificados del refugio San Pablo, dijo que hace casi un mes les ofrecieron enviarles maquinaria para realizar dicho trabajo, pero hasta ahora nada.

Indicó que en dicho sector, la ayuda del Indeci (Instituto Nacional de Defensa Civil) a través de los comedores populares, y de algunas ONG (Organismo No Gubernamental) cada vez se hace más escasa.

Casi todos los refugiados sobreviven realizando trabajos eventuales. Otros se dedican a la confección de prendas de artesanía, comercio, pesca, albañilería.

Danitza Silva Portocarrero, quien tiene tres niños y perdió su casa ubicada en Catacaos, dijo que en la zona crece el faique, un arbusto espinoso, el cual tiene que ser sacado de raíz. Señala que el intenso frío que se percibe, especialmente por las mañanas y las noches, viene afectando a los niños, por ello pide la donación de ropa de abrigo y otros implementos.

En la zona, la población ha adaptado sus costumbres y quehaceres de acuerdo al terreno y la precaria vivienda que habitan. El espacio es pequeño y escasas las mesas y camas, por eso hasta las sillas sirven de pequeñas mesas para colocar el plato de comida para poder alimentarse.

Cristóbal Timaná dijo que espera que el presidente cumpla con su ofrecimiento de construirles sus viviendas, sino, se organizarán para viajar a Lima y reclamarle a Pedro Pablo Kuckzynski.

CON JOSUÉ. Del refugio San Pablo nos dirigimos a los campamentos ubicados en el kilómetro 980 de la carretera Panamericana. Allí se encuentran los refugios Túpac Amaru, Santa Rosa, Jesús de Nazareth, San Martín, Eleuterio Cisneros y Cristo Viene.

En este último encontramos a Claudina Abad Sandoval, madre del pequeño Josué, quien fue visitado nada menos que por el futbolista y seleccionado español, Sergio Ramos, campeón de la Liga Española y de la Champions League con el Real Madrid.

Claudia recogía agua de una gran bolsa de miles de litros de capacidad colocada en un lugar céntrico del refugio.

Contó que el terreno que habita es de su propiedad y lo habita desde el 27 de marzo. “Salimos de allá (Cura Mori) porque la lluvia afectó nuestras casas, y dijeron que el río se iba a salir, por eso venimos para acá en este terreno que teníamos hace tiempo”, contó la madre de seis hijos, tres todavía a su cargo.

Dijo que ya no reciben ayuda, “solo Indeci llega a los comedores populares, necesitamos luz, que instalen el agua, que hagan trochas para tener acceso, y frazadas, chompas para abrigar a los niños, así como una posta médica porque tenemos que ir hasta Cura Mori”.

Agregó que las autoridades les prometieron, pero desde hace varios meses no se han acercado a la zona.