Piura: Cansados de asaltos y robos vecinos atrapan a ladrón y le dan su merecido
Piura: Cansados de asaltos y robos vecinos atrapan a ladrón y le dan su merecido

Un grupo de vecinos atrapó a un avezado delincuente que asaltó a una madre de familia y la golpeó salvajemente en presencia de su menor hija para arrebatarle su cartera.

El vecindario se cansó de este tipo de atracos que se suscitan en la zona y se armó de valor para enfrentar a los ladrones. Los persiguieron a lo largo de varias cuadras y atraparon a uno de ellos, al que dieron una soberana paliza antes de que llegaran el Serenazgo y la Policía a rescatarlo.

Cobarde atraco. Wilson Manuel Villegas Ruidías, de apenas 18 años de edad, jamás pensó en la reacción indignada de la gente cuando se abalanzó contra su víctima, secundado por un cómplice, en la avenida John F. Kennedy, en Piura.

Rosa Marleny Zapata Castillo, madre de familia de 46 años, quien salía de la Catequesis a la que asiste todos los domingos, fue sorprendida por el hampón que se lanzó de una mototaxi con el afán de robarle su cartera.

La mujer iba acompañada de su hija de 9 años, quien presenció con horror cómo el delincuente lanzó a su madre al suelo, la pateó repetidas veces y estuvo a punto de estrangularla con la correa del bolso al que ella se aferró con determinación.

El hampón consiguió su propósito cuando la correa se partió en dos y estaba a punto de saltar a la moto que lo asistió en el asalto cuando se topó con dos mecánicos del lugar que le salieron al frente.

La pequeña testigo de lo que ocurrió, contó después que los dos hombres agarraron a puntapiés al ladrón, quien soltó la cartera y emprendió la huida junto a su secuaz.

Otros vecinos de la Urba tomaron sus motos y sus vehículos y emprendieron su persecución, la cual terminó a varias cuadras de allí con uno de los delincuentes atrapados.

Lo condujeron a rastras hasta el lugar donde estaba su víctima, todavía adolorida y con un impresionante hematoma ensangrentado en el rostro a causa de los golpes que le propinó.

Unos sesenta moradores trataron de hacer justicia con sus propias manos y estaban a punto de linchar al cobarde que lloraba por clemencia, cuando llegaron agentes del Serenazgo y la Policía Nacional a rescatarlo.

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