“¿Tan difícil es caminar derecho?”. La afamada frase acuñada por la clase política el 2011 le calzó a la medida a inicios de esta semana a la representante del Ministerio Público en Piura, Danitza Lizbeth Carrasco Delgado, quien fue intervenida por la Policía Anticorrupción bajo cargos de haber aceptado un soborno para torcer la mano de la justicia.
La fiscal adjunta de la Fiscalía de Tambogrande, hoy presa en el penal de Mujeres de Sullana, habría intervenido en una operación mafiosa para favorecer a una imputada por lesiones dolosas a cambio de una coima de 20 mil soles.
El presunto delito en el que se vio implicada esa servidora pública, un agravante de la figura de cohecho pasivo, se concretó con la entrega de la mitad del dinero a la supuesta operadora, Melita Ojeda, con quien ahora la fiscal Carrasco comparte celda en el penal Virgen de las Mercedes.
La mencionada fiscal rechaza las imputaciones en su contra y asegura que se defenderá hasta el final.
En este sonado caso de la semana, todavía hay mucho pan por rebanar.
Este ha sido un remezón que no le hace nada bien a una de las instituciones tutelares de la Nación, hoy bajo sospecha a partir de esta denuncia.