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La cumana, la cultura afroperuana en la región  está de duelo. Fernando Barranzuela Zevallos, quien era el máximo cultor de la Cumanana, esos versos con rimas de manera espontánea que causaban alegría y encandilaban a todo el público que lo escuchaban, ya nos dejó y partió hacia la eternidad. Ese negrito lindo que con sus décimas, coplas, versos, gran poeta y con sus composiciones se metió a la gente y turistas en su corazón, falleció ayer a las 8:40 de la noche en su querida tierra de Yapatera, en Chulucanas, perteneciente a la provincia de Morropón, en la región Piura.

Si bien el gran cumananero partió a la morada del Señor nos deja un legado cultural maravilloso. Tenía un gran prestigio ganado y reconocido en las letras de Piura y afroperuana.

En aquí la última entrevista que se le hizo a este insigne cultor de la cumanana por nuestra periodista María Raquel Carmen Flores y que se publicó en el Diario OJO, uno de los medios de comunicación que edita el Grupo Epensa:

El último cumananero piurano en busca de un sucesor

A sus ochenta y cuatro años, Fernando Barranzuela Zevallos ha recibido innumerables reconocimientos por su innato recitar de las cumananas; sin embargo a este reconocido hombre aún le falta algo en la vida: Encontrar a un sucesor.

VIVENCIAS.

Llegué a su humilde vivienda ubicada en el pueblo de Yapatera, un lugar tranquilo y plagado por sus moradores de ascendencia afroamericana, cada uno más orgulloso que otro, de su origen y de la sangre que corre por sus venas.

En el frontis de la casa del tío Fernando, como le llaman de cariño han escrito una cumanana que resume en cuatro líneas su vida: Aprendí la cumana con esmero, entierra yapaterana y volé al mundo entero.

En el año 1995, la vida de Fernando Barranzuela dio un giro de 180 grados, retornó a su natal Yapatera luego de vivir por algunos años en Lima y fue en un recital de cumananas cuando los pobladores de la zona empezaron a hacerle fama en los diferentes pueblos de Piura.

“Ha llegado un negro que recita unas cumananas bien bonitas, decían”, recuerda Barranzuela mientras una lágrima se escapa de sus cansados ojos.

En poco tiempo la fama empezó a llegar para el tío Fernando y como todo hombre con gratitud, recuerda quien fue su mentor, su guía y el encargado de pulir su arte.

“Cuando llegué a Lima conocí al poeta Nicomedes Santa Cruz, a quien le gustó mi trabajo. Recuerdo que escribí muchos poemas para y él las recitaba. Fueron siete meses de mucho aprendizaje”, recuerda.

Reconocimientos.

Con la fama ya ganada, los reconocimientos para Fernando Barranzuela empezaron a llegar Aún lúcido, Fernando recuerda la primera cumana que le recitó a una enamoradita cuando tenía ocho años.

“Mi madre me contó que cuando tenía ocho años me eligieron para ser quien baje del pesebre al niño Jesús y cuando llegué a la casa vi a Vicenta (la niña de la que estaba enamorado) y le dije: Yo vengo a darte un sereno con todita mi alegría, con todo mi amor eterno a ti Vicenta y a mi comadre María”, relata nuestro conocido cumananero.

Desde que Fernando tomó la posta como cumananero del pueblo han pasado ya 25 años y ahora solo tiene cuadros y medallas de reconocimiento, pero no apoyo económico.

A sus ochenta y cuatro años, apasionado del cigarrillo y del café, Fernando no puede caminar debido a una artrosis en la rodilla. Esta dolencia ha hecho que nuestro querido poeta campesino se sienta intranquilo y triste.

Hace seis meses que Barranzuela no puede caminar y sus días se la pasa acostado en un sillón de su humilde morada. Una operación valorizada en 6 mil soles podría hacer que vuelva ‘andar’ como dice él, pero hasta ahora la ayuda económica no llega.

“En dos semanas viajaré a Italia a visitar a mis hijas, retorno en dos meses y volveré a mi mueble para observar a mi pueblo a mi gente”.

En sus palabras, Fernando tiene una tristeza y es que pese a que la muerte no le da miedo, si le da temor y pena dejar a su querida Yapatera sin un sucesor, alguien que como él continúe con la tradición de las cumananas.

“Cuando aún podía caminar fui al colegio de Yapatera y les dije a los estudiantes para enseñarles a recitar cumananas, pero ellos me dijeron: Tío Barranzuela, usted es famoso, pero es pobre. Y nosotros lo que queremos es tener dinero”

Estas palabras fueron como dagas para el cumananero, quien desde ese momento busca a alguien que le interese por el arte de las cumananas para poder estar tranquilo.

“La vida se ha materializado, pero aún creo que puedo encontrar un sucesor es lo único que me falta en la vida para ser feliz”, dijo entre lágrimas nuestro poeta campesino.

Datos:

Nació el 2 de noviembre de 1933.

53 años de casado

Ha escrito tres libros en el que destaca: “Historia de Yapatera”

Tiene cuatro hijos

Admira a los escritores: Mario Vargas Llosa y Nicomedes Santa Cruz

Gustos: Café y cigarrillo

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