Piura: Sobreviven en medio de las lagunas de agua de río, de lluvia y desagües
Piura: Sobreviven en medio de las lagunas de agua de río, de lluvia y desagües

La peor crisis, generada por las lluvias y el desborde del río Piura, vive la Villa Heroica. Mientras unos se han quedado sin techo y permanecen en refugios, otros ya han regresado a sus viviendas, aunque todavía enlagunadas y en calles inundadas con aguas del río y aguas servidas, producto del colapso de buzones.

En tanto, hay quienes se cobijan en carpas, al pie de las pistas e incluso en una pequeña iglesia.

Pero, además hay sectores que no tienen el servicio de agua potable y otros se quedaron sin luz eléctrica desde el lunes 27 de marzo, cuando el río se salió y lo inundó todo.

NECESIDAD. En la carretera Piura - Catacaos, pasando el Trébol, en la margen derecha, encontramos a pequeños pidiendo “agüita” o “velitas” a quienes transitan en vehículos por esa ruta.

Estos menores son integrantes de familias, cuyas viviendas han caído o están a punto de colapsar ante el embate de la naturaleza.

En la vía que conduce de Catacaos hacia Sechura, a la altura de Monte Sullón, se han levantado carpas en ambas márgenes de la vía. Y niños y sus progenitoras esperan apoyo al pie de la pista, bajo el agobiante sol.

En el sector, un cartel da cuenta de la presencia también de damnificados de Rinconada.

Y en el camino a Narihualá se observan campos de cultivo, inundados por el desborde incontenible del río de hace ocho días.

AGUAS SERVIDAS. A la altura de la Copa de Oro, en el jirón Pedregal y las calles Comercio, Maynas, Arequipa, Trujillo, en la zona baja de Monte Sullón, terminan las aguas servidas de Catacaos y todos los buzones están colapsando.

El vecino Luis Elmer Castro Yarlequé, con domicilio en jirón Pedregal No. 111, Monte Sullón, dijo: “ahora ya no es agua del río, de la crecida del lunes, son aguas servidas, porque ya toda la red ha colapsado”.

Pidió que el alcalde Juan Cieza disponga el envío de maquinaria para la limpieza de la zona.

Las aguas servidas han enlagunado las cuadras 19, 20 y 21 de la calle Comercio.

Pero, no solo eso, sino que Teresa Chunga, que domicilia en la cuadra 19, dijo que no les llega ninguna ayuda, peor aún no tienen servicios de agua ni energía eléctrica.

“Toda la ayuda va para Loma de los Zorros. Acá no dejan nada”, deploró.

En el área, el desborde del río Piura también afectó las estructuras del coliseo Cristhian Requena Pasapera, una de cuyas paredes ha caído, llevando también al suelo cables eléctricos.

Además, en Monte Sullón varias casas de material rústico se han visto seriamente afectadas por las precipitaciones y desborde.

En la calle Comercio, en las fronteras de numerosas viviendas se veían colchones húmedos y deteriorados.

Teresa Chunga dijo que el domingo regresaron a su domicilio y con agua de lluvia baldearon el falso piso de la sala.

“Otros ambientes están llenos de lodo. Solo estamos ocupando una parte de la casa”, dijo su esposo José Juárez Fernández.

Ellos permanecieron en un refugio en la carretera por siete días, junto a sus hijos y dos nietos.

En tanto, Seferino Macalupú Palacios, vecino del mismo sector, deploró que no se les esté brindando el apoyo que necesitan.

EN IGLESIA. En la margen derecha de la vía, que desde Catacaos conduce a Sechura, está la iglesia San Martín, donde se han refugiado varias familias de las calles San José y Comercio, en Monte Sullón, después de la crecida y desborde del río, que dejó sus casas caídas o afectadas.

Los refugiados en dicha iglesia son familiares o tienen vínculos de afinidad. Y uno de ellos es Francisco Melesio Sullón Castro, una persona con habilidades diferentes, que vive en la calle Comercio.

También está Pedro Pablo Vílchez Flores, que domicilia en la calle San José. Él relató que su casa era de tabique y quedó destruida.

“El agua nos tapaba, estaba más arriba que la pista”, dice, aludiendo al nivel de la carretera que va a Sechura.

En la capilla también se cobijó Aydé Estrada Tabohada, quien refirió que a veces hay servicio de agua.

Ayer “hubo un poquito temprano y hemos juntado”, comentó.

Refirió que en sus casas “hay demasiado zancudo, lodo y los techos se han caído”.

Vílchez Flores pidió “ayuda para librarnos del aguacero (en sus casas), aquí estamos por mientras, estamos durmiendo en las bancas”.

SIN CAMAS. En la otra margen de la pista, cinco familias del jirón San José se cobijan en una construcción, que les han cedido momentáneamente.

María Ramona Santos Sandoval dijo que sus casas de barro están a punto de venirse abajo y llenas de lodo.

“Ya tenemos ocho días aquí, desde que salimos de nuestras casas a las dos de la tarde, cuando entraba el agua del río”, recordó.

Comentó que por suerte el desborde se produjo en horas del día, porque de noche la situación hubiera sido más trágica.

Refirió que están durmiendo en camas que les han prestado, porque no avanzaron a sacar nada, hasta los animales murieron, porque las casas estaban en agua.

En EL CERRO. En la calle Comercio 049, en Narihualá, una casa de quincha y techo de calamina se vino abajo. “Da miedo, porque las paredes de quincha se han caído, el techo se ha hundido y los palos están movidos”, dijo Hilda Fernández, quien vivía en el predio con su hija, tres nietos y su hermana.

Por suerte, no se produjo ninguna víctima.

“La municipalidad no ha venido a traer ayuda. Han traído carpas, pero a nosotros no nos han dado. Estamos durmiendo en el cerro de las ruinas de Narihualá, donde hay varias familias”, expresó Hilda Fernández.

Dijo que ayer en la mañana habían bajado del cerro para cocinar en la casa de un familiar, porque en el cerro no les permite hacer fuego.

Mencionó que pasada una semana del desborde del río aún no tienen servicio de electricidad.

En tanto, en la calle Olmos de Narihualá no tienen agua y solo les están llevando en cisterna, dijo una vecina.

TAGS RELACIONADOS