Armada extranjera captura tres naves peruanas en territorio marítimo chileno
Armada extranjera captura tres naves peruanas en territorio marítimo chileno

Por no contar con la autorización para navegar en territorio marítimo chileno, tres embarcaciones peruanas fueron detenidas el pasado 19 de enero por la armada chilena mientras realizaban faena en altamar.

El jefe de la Capitanía del Puerto de Ilo (Dicapi), Renzo Rocha Nicoletti, confirmó ayer la información tras recibir la notificación por parte de sus pares de Chile el último 21 de enero, quienes detallaron el delito de invasión marítima.

“No se nos informó con mucho detalle, por lo que tenemos entendido que ellos (los tripulantes) siguen en Chile”, señaló escuetamente el oficial.

Por versión de los pescadores se trataría de las embarcaciones “Rosalfredo” y “Zulma” que habrían zarpado desde el desembarcadero del Morro Sama, en tanto que la otra nave de nombre “Escorpión” sería del puerto de Ilo. Todas ellas aún no anclan en el litoral desde la fecha indicada por el jefe de la Dicapi.

Los doce tripulantes de las naves intervenidas permanecen retenidos en el puerto de Arica mientras esperan la resolución de sus casos.

Se presume que el ingreso a aguas prohibidas haya ocurrido en el espacio marítimo conocido como triángulo interno, zona ríca en especies como el perico, bonito y liza, que desde hace unos meses viene siendo explotada por los pescadores artesanales tanto de Ilo como de Tacna.

A decir del dirigente de los pescadores artesanales de Morro Sama, David Patiño Cutipa, sería difícil que las embarcaciones se pierdan en altamar, debido a que cada una de ellas posee un sistema GPS integrado que orientan su navegación. “Todas las naves tienen este mecanismo. Con esta acción podrían provocar nuevamente roces (...) ellos saben lo que hacen”, dijo.

MULTAS

Meses antes que se diera el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, diversas embarcaciones cayeron de ilegales en mar territorial chileno, siendo conducidos posteriormente a Arica, donde se internaba a las naves, y por las cuales la Gobernación Marítima de ese país solicitaba montos que superaban los 30 mil dólares como multas; además de iniciársele un proceso judicial, ya que se encontraron peces en sus naves. Los diálogos posteriores al fallo entre las cancillerías de ambos países permitió aliviar en parte el problema ocasionado por las embarcaciones.