Para el presidente de la Compañía de Minas Buenaventura, Roque Benavides, pese a las desavenencias que se generaron a partir de Conga y Tía María, aún hay un panorama optimista del crecimiento minero en el Perú.
Solamente en el sur del país, Buenaventura maneja hasta cuatro proyectos mineros, tres de ellos en Arequipa con Tambo Mayo en Caylloma, para el que se invirtió 150 millones de los US$250 millones que cuesta poner en ejecución el proyecto que extraerá oro y plata. Orcopampa y Arcata son dos enclaves antiguos con más de 40 años del que aún se extraen minerales. En Moquegua está el proyecto San Gabriel en Ichuña, cuya inversión supera US$500 millones y se prevé iniciar operaciones a fines del 2017.
El funcionamiento de los proyectos mineros en la ciudad blanca hizo que su economía creciera en un 13% durante el 2014, a diferencia de Conga, proyecto también planeado por Buenaventura con una inversión de US$1,500 millones y que mostró un rechazo de la población. Esa situación, para Benavides significó un decrecimiento de Cajamarca del 3% el año pasado.