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“Ser un buen padre no es nada fácil, significa sacrificarse por la familia”, nos dice Tito Pérez Urbina, padre de 3 hijos, con esa mirada de eterna reflexión. Agrega con humildad que ha pasado momentos de sacrificios para formar a sus herederos, pero que después de tantos años siente en grandeza la satisfacción.

Tanto él y otros entrevistados enfatizan con claridad que sus decisiones y pasos no han sido nunca en falso ni en vano, otros reconocen con caballerosidad que han cometido errores frívolos, pero a la mirada noble de sus hijos han reaccionado y agachado la cabeza en son de arrepentimiento.

HISTORIAS. A las 10:00 de la mañana de ayer caminamos entre los espacios bulliciosos del mercado “Modelo”, aquí nos indican con cierta nostalgia que aún no hay nada para el Día del Padre. Seguimos avanzando, la escena sigue fría, nada comparable con el Día de la Madre.

Pero los regalos tocaron fondo cuando las historias se comenzaron a tejer de forma increíble, con tanta sencillez, humildad y sinceridad.

Junior Ayasta Gonzales dice estar de alguna forma triste porque está lejos de su familia, pero con una sonrisa aclara que su felicidad la recompensan sus dos hijos y su pareja. Nos narra que lleva bastante tiempo en esta tierra del eterno calor, para ser más exactos 8 años, durante este lapso se las ha arreglado para salir adelante y mantener unida a su familia, ganándose sus ingresos de forma honrada.

“Gracias a Dios me va bien”, dice alegre. Cuenta que día a día sale a vender cebiche a las calles y es una rutina de la que no se ha despegado durante 4 años. “No hay mejor momento que estar con los hijos y con la persona que amas”, recalca el joven de 26 años.

Otro personaje es Carlos Clavijo Arica, lleva 15 años trabajando en su motokar, afirma que la situación económica hoy ha complicado a muchas familias, pero eso a él no le asusta y dice haber puesto el hombro en sus momentos para salir airoso.

“Hoy la competencia entre los mototaxistas es ardua, pero nada detiene a un hombre que quiere salir adelante, los problemas no son eternos cuando se resuelven con inteligencia”, apunta.

Manifiesta que tiene dos hijos y verlos son sensaciones indescriptibles. Comenta también que la vida es una constante lucha, un constante crecimiento, el diálogo con Clavijo termina cuando el motor de su herramienta de trabajo se estremece en medio de la calle.

Seguimos caminando y encontramos a Rafael León Ortiz.“El sacrificio de todo padre es el trabajo honesto, honrado y compartir la felicidad con su familia”, acota .

Él nos indica que su lucha siempre ha sido por sus hijos, “yo creo que el sueño de todo padre es que su hijo sea mucho mejor que uno”, detalla.

Esta y tantas otras historias se acercaron bajo el cielo azul de esta tierra fronteriza, donde el regalo o los festejos se han hecho a un lado -por ahora- y las vivencias se han convertido en la esencia. ¡Feliz día padre tumbesino!

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