Andrea Montenegro: “Lusers me recordó que soy una mujer alegre”
Andrea Montenegro: “Lusers me recordó que soy una mujer alegre”

Andrea Montenegro vuelve al  este 1 de octubre con la película Lusers, donde encarna a Kalinda, una sensual mujer iquiteña que seducirá a .

Montenegro, madre de dos hijos y radicada desde hace varios años en Colombia, confiesa que su personaje le ha devuelto su alegría y coquetería de adolescente y le ha enseñado que la vida no hay que tomarse tan en serio.

¿Qué te ha permitido encarnar a Kalinda? Me volví a conectar con mi alegría interna. Para sostenerla, volví a conectarme con esa adolescente risueña que todavía vive en mí, porque a veces uno se toma muy en serio muchas cosas, por ejemplo, la maternidad. Siento que había perdido la capacidad de reírme de la vida, de mí misma, me estaba tomando muy en serio todo, así que dije: “Qué rico”. Gracias a este personaje me volví a poner un short, a reír y coquetear como una chica de 18 años.

Fue como volver a tus raíces... Sí, además grabar en Iquitos, con ese calor, en short, estar relajada, almorzar al aire libre tomando un chop, es rico; al final las condiciones de las escenas eran las que sostenían a ese personaje alegre, una mujer que se mofa de la vida.

Es decir, con este personaje vuelves a encarnar a una mujer sensual... Sí. Al comienzo no pude hacerme muchas ideas, el guión era muy específico, una mujer como de 28 años, muy sensual, no había más. Los detalles lo discutimos con Miguel (Valladares) y él me dijo: ‘lo que nos interesa es verte como esa mujer súper sexy, bonita, de belleza exótica’. Yo con todas mis inseguridades -estoy flaca, no he trabajado hace tiempo, tengo un bebé- tuve la confianza de que todo lo que hubo en mí sigue estando en mí. Así creamos el personaje, pequeño. Miguel dijo: “pudo hacerlo cualquier chica bonita, pero queríamos que lo hagas tú”. Eso me ha hecho un enorme bien a mí. Yo estaba muy seria con el tema de la crianza, venía de asesorados de yoga, tenía presión y compromisos; se me había borrado la sonrisa. Esta película llegó para recordarme que yo soy una mujer alegre (risas).

Luego de encarnar a Kalinda, ¿has vuelto a ser una mujer seria en tu vida real? No pues, una vez que me di cuenta de que yo me había reído poco, ya no he parado de reírme (risas).

¿Esta película te ha ayudado a nivel personal? Claro. Todos los “proyectos de trabajo” son pretextos para trabajar cosas internas. Cuando leí que el personaje tenía que salir en short y top, dije: “no, pero por qué, yo soy mamá”. Me he sorprendido de ver cómo en la sociedad quien es mamá ya no puede hacer cualquier cosa, y de pronto me empiezo a decir: “tú sigues siendo la misma, ¿por qué te castras, te privas de vivir en la alegría, ligereza y risa?”.

¿Cómo ha sido intercambiar roles con “Cachín” por primera vez? Súper bonito, es una persona bella, valiosa. Nos conocíamos de “hola y chau”. Él me recibió muy neutral, ni siquiera me reconoció, yo lo vi en el hotel y lo saludé. Nos dedicamos a charlar, como si el tiempo no hubiera pasado.

Lusers marca tu regreso al cine peruano... Sí, es un reencuentro, agradecimiento, un llamado de la tierra. Sentir el calor de la gente me hace llorar. En Iquitos la gente me decía: “me acuerdo de ti”, yo me decía: “cuántas cosas han pasado y el amor sigue intacto”. Me emocioné mucho.

¿Esa emoción no te hace pensar en volver a radicar en Perú? No, acá (en Colombia) tengo una vida; no solo vivo de la actuación, imagínate que sobreviva mientras estoy sentada esperando que alguien me llame. Decidí vivir en el campo, desconectarme del sistema, desarrollar actividades en mi casa al lado de mi hijos, estar conmigo misma, no vivir pendiente de una selva brutal.

¿Extrañas la fama? No. Esa es una de las cosas por las que vivo tranquila, salgo y soy como una señora más del pueblo. Es más rico, uno tiene relaciones más reales con las personas, con menos celos; aunque también es rico ir a Lima, en el estreno voy a ir para allá. No tengo problema con lo uno o el otro, pero mi preferencia es vivir en el campo.