'Collacocha', la historia de una trágica obsesión
'Collacocha', la historia de una trágica obsesión

En el corazón de los Andes, dentro de una fría y húmeda cabaña de roca maciza ubicada en medio de un profundo túnel, el porfiado ingeniero Claudio Echecopar (Leonardo Torres Vilar) dirige con firmeza a un grupo de obreros con el único propósito de hacer realidad la construcción de un camino que una la costa con la selva para, por fin, transportar alimentos y medicinas por tierra.

En ese trajín, el ingeniero Soto (Gustavo Cerrón) le advierte a Echecopar que la laguna Collacocha ha bajado seis centímetros su nivel de agua en las últimas seis horas y que aquello podría provocar filtraciones dentro del túnel que él administra. Pero su líder piensa lo contrario y ordena que todos sigan trabajando sin detenerse para lograr su objetivo sin avizorar las consecuencias de su obsesión.

Esta es la trama de Collacocha, obra teatral escrita y publicada por Enrique Solari Swayne en 1955, que hoy, después de muchos años, vuelve a las tablas bajo la dirección del actor Rómulo Assereto.

“Siempre me gustó esta obra, la conozco desde que estaba en el colegio. Es un clásico de la dramaturgia universal, está llena de acción y plantea preguntas que son importantes para el Perú de hoy, como cuánto puede costar el progreso, qué estamos dispuestos a sacrificar por el desarrollo o por el crecimiento”, explica Assereto sobre esta segunda puesta en escena que dirige tras Historias de fantasmas (2015).

“Me gusta mucho la historia de estos obreros, sobre todo del ingeniero Echecopar, que es un hombre que cree ciegamente en el progreso, en el desarrollo, que cuando se enfrenta a la tragedia se replantea un montón de cosas”, comenta Rómulo que, con sus casi 13 años de experiencia como actor y de asistir a otros directores, ha sacado adelante esta obra.

REFLEXIÓN. Torres Vilar, el “hombre perfecto” que encontró Assereto para encarnar a Echecopar, añade que su personaje también se muestra como un hombre sensible a pesar de su dureza y que reflexiona sobre sus errores a partir de la tragedia que le tocará vivir.

“La obsesión te lleva a cometer errores. Uno tiene que estar con los pies sobre la tierra, no puedes dejarte solo llevar por tu pasión, que puede llevarte a tomar decisiones que puedes lamentar toda tu vida; la obsesión no te permite ver el resto”, refiere el experimentado actor de teatro tras preguntarse si en verdad el fin justifica los medios. “Cada uno se llevará su propia respuesta”.

El protagonista de Collacocha, que se mueve como pez en el agua en las tablas pero se siente negado para el cine, dedica la mayor parte de su tiempo a formar actores, su otra pasión, y deja un consejo a los aspirantes: “Tú tienes que actuar porque el alma te lo pide, porque tu pasión te lo pide, solo allí vas a encontrar la felicidad; pero si tú solo buscas darte a conocer, vas a sufrir, porque los que llegan a ser conocidos son muy pocos, y son muchos los factores que contribuyen a eso, entre ellos, la suerte. Darse a conocer para sentirse bien es una trampa mortal”.

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