Héctor Gálvez: “NN no tenía que ser un discurso panfletario”
Héctor Gálvez: “NN no tenía que ser un discurso panfletario”

La fotografía de una mujer hallada en el bolsillo de la camisa de un cadáver y la incansable búsqueda de los desaparecidos en la época del terrorismo fueron las razones que dieron inicio a la película NN: Sin identidad, segundo largometraje de Héctor Gálvez Campos, quien se sumerge en el mundo de los antropólogos forenses para contar el complejo proceso de hallar la identidad de un hombre desaparecido víctima del terrorismo en Ayacucho. El cineasta ofreció detalles de la película protagonizada por Paul Vega y Antonieta Pari, y que hoy se estrena solo en seis salas de Lima.

¿Cómo es el trabajo de un antropólogo forense? Algo que sentí como un signo en ellos es que su trabajo va más allá de lo científico; es decir, un antropólogo forense exhuma restos, lo estudia, hace pruebas de ADN, pero por la cercanía con los hechos tiene una relación inmediata con los familiares. Ellos se dicen: ‘si estos restos aparecen, es por algo’, como si los restos les hablaran. Un antropólogo tiene que interpretar los restos, la ropa y las cosas. Siempre que tocaba el reconocimiento de prenda, tenían una obsesión. Otro me decía que era también como una adicción. Sabes que este trabajo te está haciendo mal, pero tienes que seguir porque hay pocos antropólogos y hay mucha gente que está esperando respuestas.

Lo más cercano que el público ha visto en cuanto a antropólogos forenses son los que aparecen en las series de TV. ¿De dónde partió la construcción del personaje de Paul Vega? El personaje de Paul Vega fue tomando forma con detalles que me contaron ellos, también tiene algo mío. Un signo también era que en momentos de estrés, ellos se podían comer un rocoto y era como si se comieran un tomate. No sentían salado, picante o ácido, y había mucho insomnio. No he visto Bones o CSI, eso es ficción; en la realidad, no es tan sencillo. Algo tan básico como una prueba de ADN es costoso. Paul no solo se enfrenta a encontrar la identidad del noveno cuerpo, sino a todo ese proceso que hace largo y complejo el reconocimiento de un NN.

¿Por qué este NN tiene que ver con uno de los desaparecidos en la época del terrorismo en Ayacucho? Uno, es un tema que estaba ahí, dentro de mí; dos, es algo que sí me interesa, lo he hecho tanto en Paraíso como en NN, es hablar de la violencia política, pero no lo que pasa en esos años, sino el ahora. En Paraíso, eran chicos que sufrían secuelas de ser hijos de desplazados; en NN, el tema es de los desaparecidos. Es un tema tan actual que este 2015 hay una campaña para que se apruebe una ley de búsqueda de desaparecidos. Este desaparecido representa a uno de los 13 mil que existen en el país.

¿Cómo asumen las familias la desaparición de un ser querido? Como simple observador de los hechos, te cuento que en Huancavelica había una señora cuyo testimonio yo no sabía diferenciar si era sueño o realidad. Era como si se hubiera quedado atrapada en el limbo. Ya en la investigación entrevisté a sicólogas y pensé: ‘Las señoras saben racionalmente que están muertos, pero inconscientemente tienen chispazos de ‘¿si están por acá?, ¡¿huy, si me lo encuentro?!’”.

¿Cómo reaccionan al reconocer un cuerpo? Hay de las que se quiebran, como en cámara lenta, ven la prenda -sí, es tu esposo-, es como un volcán que va llegando y explota. Cuando ves un esqueleto, hablando fríamente, puede ser o no puede ser, pero la ropa te hace evocar a alguien.

¿A qué complejidades te enfrentaste con esta película? Uff, creo que al tema, tiene múltiples entradas. Sé de la incapacidad de mostrar todas las reacciones en una película de 1 hora y 30. Qué poner, qué sacar; si fui muy sutil, muy evidente; no tenía que convertirse en un discurso panfletario.

La película ha sido preseleccionada para representar a Perú en el Óscar... Siento alegría por la película, llega en un buen momento, sirve para llamar más la atención, nos abrieron dos salas más. No buscaba el Óscar, no pasaba ni por acá (señala su cabeza). Cuando uno quiere decir algo, espera ser oído, no dar lecciones.

En 2008 Héctor Gálvez estrenó el documental Lucanamarca y en el 2009 su primer largometraje Paraíso. Tras NN trabajará una película sobre un hombre que filma bodas.

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