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Habla suave, pero cuando canta deja fluir un poderoso timbre de voz. “Empecé a cantar cuando iba a cumplir tres años”, afirma , quien a sus 32 años y con seis álbumes lanzados alista su desvinculación de Sony Music para fundar su propia disquera. “Ahora tengo que aplicar todo lo que aprendí”, sostiene. El intérprete de No me quiero enamorar también afirma que el cristianismo fue fundamental para recuperarse de la denuncia por abuso sexual que enfrentó en México.

¿Cómo será el concierto que vas a ofrecer en Embarcadero 41?

Voy a hacer un concierto completo, llevaré a todos mis músicos. Tengo la fortuna de que cantaré con Anna Carina Copello, Eva Ayllón, un concursante de La Voz Perú y otros artistas.

Has cantado con Ana Carina Copello y con Los hermanos Yaipén. ¿Desde cuándo nace tu interés por la música peruana?

¡Desde ahora que la conocí! No había escuchado música afroperuana o peruana en sí. Vi mucho talento, disfruté y aprendí de la buena música que hacen los artistas.

¿Qué le falta a los músicos nacionales para lograr el despegue internacional?

No hay disqueras en Perú y falta que la radio apoye más a sus artistas, porque siento que apoyan mucho a artistas extranjeros, sobre todo escuchan música en inglés; falta darle más promoción a los peruanos para que los puedan escuchar en otros lugares.

¿Piensas seguir trabajando con las disqueras o planeas difundir tu música por internet?

Todavía trabajo con Sony Music, estamos platicando para hacer una separación, quiero lanzarme como artista independiente.

¿Cuál es el reto que afrontas en este momento en la música?

¡Uff! Aprender y aprender rápido, porque la verdad apenas estoy comenzando a tomar mis decisiones. Hice un buen trabajo con Sony Music, pero ahora tengo que usar lo que aprendí: cómo tomaban ellos las decisiones, qué canciones voy a lanzar en la radio, valorar en qué se tiene que gastar y en qué no para no malgastar el dinero, teniendo tantas plataformas hoy en día.

Cambiando de tema, ¿por qué ingresaste al cristianismo a los 16 años?

Quise conocerlo, de alguna manera fue más de manera filosófica que personal. Después me di cuenta de lo que le iba a pasar a mi vida. Siempre me cuestionaba sobre el actuar de Dios. Me cuesta creer que todo se hizo de polvo, pero quería conocerlo a fondo.

Cuando estalló el escándalo de abuso sexual en México que envolvió de gris tu carrera, ¿el cristianismo fue fundamental para enfrentar este problema?

Sí, definitivamente, todas las pruebas, tropiezos, las tribulaciones sin Dios son difíciles de pasar. En las palabras de Dios jamás mencionan que no tendrás problemas, pero sí que tienes la fuerza de su espíritu para salir adelante. En todo momento me aferré a él y me gustaría seguir haciéndolo en mi vida para que las cosas según se vayan dando, malas o buenas, no me destruyan.

La prensa mexicana fue dura con esa denuncia, ¿tu relación ha mejorado?

Sí, y bastante. Yo nunca me sentí mal con la prensa, era más un problema de una persona que decidió mentir. Lo importante es que ellos no inventaron, siguieron el caso de principio a fin.

¿Has sentido discriminación a causa de tu raza?

No, jamás, más bien me ayudó. Mi manera de hacer música es diferente, hay más credibilidad porque es una raza que hace música. A mí se me ha ocurrido experimentar con el soul, con el blues, y por mi raza he sido creíble, lejos de verlo como un freno, es algo que me ha ayudado mucho.

¿Qué te quita la música a nivel personal?

Probablemente privacidad; no me molesta, es algo con lo que he vivido toda mi vida, es la vida que conozco, pero en mis días en que soy papá, me gusta estar con mi hija y de repente interrumpir eso para dar fotos o autógrafos te quita tiempo.

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