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Los excongresistas Rafael Rey y José Barba Caballero estrenan hoy a las 10 de la mañana el espacio de opinión Rey con Barba vía Panamericana Televisión. El objetivo es abrirle los ojos y oídos a los televidentes sobre los hechos políticos, sociales y económicos de interés nacional. Fiel a su estilo, Rey nos habla de su alejamiento de la política, del fin de su amistad con el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y de su posición sobre la unión civil entre personas del mismo sexo.

¿El programa tendrá ajustes ahora que se verá por la señal abierta?

Es el mismo, de análisis periodístico, que no es imparcial sino de opinión. Cuando (José Barba y yo) comentemos acontecimientos, seremos cuidadosos para no afirmar algo que no sea verdad. Daremos opinión, interpretación de los acontecimientos políticos, medidas económicas y de la situación del país. Trataremos que los ciegos vean y los sordos escuchen; es decir, explicar qué hay detrás de las noticias. Como hemos sido muchísimos años parlamentarios, ministros, embajadores, conocemos a todos los actores políticos de la vida nacional.

¿Qué otros aspectos los van a diferenciar de los espacios periodísticos de la competencia?

Intentaremos ser duros con las ideas, suaves con las personas. Haremos análisis con anécdotas, ejemplos de la vida real, burla, irreverencia, con crítica constructiva; no siempre lo conseguimos, pero lo intentamos, pero sin calumnias y con la disposición de rectificar si nos equivocamos. Si bien somos amigos de muchos actores políticos, guardamos independencia crítica y ellos saben que si cometen un error, lo vamos a decir. Cuando analicemos un hecho como el de Tía María, en el que la empresa y el Gobierno están diciendo algo objetivo, que el proyecto se va a hacer no con agua del río Tambo sino con agua del mar que se va a desalinizar, le diremos al público por qué es positivo ese proyecto.

¿Usted va a postular en las elecciones de 2016?

Ni Pepe Barba ni yo pensamos postular a nada, a ningún cargo electivo. No vamos a participar en las elecciones de 2016 y en 2021 menos. Los dos estamos poco a poco dejando la política.

¿En 2016 apoyará otra vez a Keiko Fujimori?

Bueno, podría, pero no lo he decidido. Pienso que Alan (García) y PPK (Pedro Pablo Kuczynski) van a postular. Quiero ver las campañas, los equipos, los planteamientos y decidiré por quién voto... Por supuesto que cuando salgan los demagogos de siempre, los rojos y los caviares, a acusar a diversos postulantes, comentaremos. Si sale el señor (Mario) Vargas Llosa a insultar a Keiko diciendo que no merece gobernar el Perú porque es la hija de un ladrón, un asesino, le contestaré que no tiene ningún derecho de asumir que (Alberto) Fujimori es ladrón y asesino, porque solo ha sido condenado por autoría mediata en el caso Colina. Y, si fuera cierto, los hijos no heredan los delitos de los padres; si no, tendríamos que concluir que el señor Vargas Llosa, como su padre que abusaba de su mamá y la abandonó, debe maltratar a su mujer y debe ser un mal padre.

¿Usted no ha buscado retomar la amistad que lo unió con Vargas Llosa entre 1987 y 1990? Incluso fue diputado por el Fredemo...

Yo lo he buscado, no lo he conseguido. La última vez que tuve contacto con él fue cuando fui ministro de Defensa y a él lo nombraron presidente del Lugar de la Memoria. Me prometió que “mientras yo esté, te aseguro que buscaré que sea muy objetivo y que no haya sesgo en contra de los militares”. Y yo respondí que estaba “convencido de que eso es verdad, pero no creo que todos piensen igual que tú, y tú no eres eterno”; al final renunció. Una vez en la Embajada de España le extendí la mano para saludarlo; me dejó con la mano extendida y se dio la vuelta. Después le pregunté si había sido una impresión mía y me dijo: “No, no, yo a ti no te doy la mano”. Le dije: “Me apena, lo cortés no quita lo valiente”. Quedamos en que yo buscaría la ocasión en Lima o en el extranjero para conversar. Viajé a España, lo llamé, hablé con Patricia (Llosa, su esposa), me dijo que me devolvería la llamada y hasta ahora estoy esperando.

El Congreso archivó un proyecto de ley sobre la unión civil homosexual. Los líderes de esa propuesta han considerado un triunfo que el tema haya llegado al Parlamento. ¿Usted qué opina?

Yo tengo mis principios morales y creencias religiosas que me llevan a no aceptar ese tipo de uniones, pero soy respetuoso; yo no maltrato a los homosexuales. Es una grave equivocación las cosas que comentan Carlos Bruce y otros de que esto es una presión de la Iglesia católica, porque mis argumentos son fundamentalmente jurídicos. Lo que pretenden con este proyecto es que los homosexuales tengan los mismos beneficios de un hombre y una mujer. Yo digo que la sociedad le ha reconocido ventajas, subsidios y beneficios a la unión de un hombre y una mujer porque de esa unión pueden salir nuevos ciudadanos, cuyos derechos hay que proteger antes de que nazcan. En el caso de la unión de dos homosexuales no puede salir nadie.

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