Elena Burga: “El quechua no debe ser obligatorio”
Elena Burga: “El quechua no debe ser obligatorio”

¿En qué ha cambiado la educación intercultural bilingüe en estos últimos años? ¿Qué rol cumplen las lenguas originarias en los colegios? ¿Estamos mejor o peor? Al respecto, la titular de la Dirección General de Educación Intercultural Bilingüe y Rural (Digeibir), Elena Burga, resume los avances y barreras en esta larga tarea.

¿Cómo ha cambiado la educación en zonas rurales? Tenemos una política de educación intercultural bilingüe desde hace 30 años orientada a la atención de niños, niñas y adolescentes de pueblos indígenas y zonas rurales, pero el problema no se ha implementado como corresponde. Recién en los últimos cuatro años ha adquirido mayor fuerza.

¿Qué correcciones se han hecho? Hemos definido en cuántas escuelas por región estudian los niños de pueblos originarios que hablan su lengua materna. Sabemos que se registran en 20 mil colegios. Esto tan elemental no se sabía antes. También hemos identificado que tenemos maestros capaces de cubrir el 60% de las escuelas bilingües.

¿Y qué pasa con el 40% restante? En esos colegios tenemos, por ejemplo, un programa de titulación donde se convierten en promotores de Pronoei. Mientras trabajan se les va formando como profesores de inicial, pues el aprendizaje de niños entre tres y cuatro años era escaso. Con el pasar del tiempo hemos ido formando y motivando en la enseñanza en dos lenguas: el castellano y la originaria. Y en ese camino descubrimos que hay muchos más maestros bilingües de lo que se pensaba.

¿Cuántos son? Durante nuestra evaluación del dominio de lenguas de los docentes, pensábamos que solo había 20 mil profesores que hablaban quechua y aimara, pero en realidad son 40 mil. Entonces, lo que se está haciendo es capacitar a los que ya existen. En el caso de la Amazonía, sí nos falta mucho por hacer. Se hablan 43 lenguas y las mayoritarias son el shipibo, asháninka, awajún, shawi, de las cuales solo se cubre el 50%.

Otro tema son los sueldos, incluso en Lima hay reclamos. ¿Cómo se desarrolla este panorama en las zonas rurales? Actualmente hay maestros que ganan más que uno de la capital, y eso es bueno. Desde la reforma magisterial de 2012 se han beneficiado varios docentes de las zonas rurales. Incluso si enseñan en el Vraem o en una escuela multigrado, reciben más. Fuera de sus honorarios, en su escala magisterial pueden percibir entre 1500 y 2500 soles. Haciendo sumas, en total pueden ganar entre 2500 y 3000 mil soles. Igual es bajo, pero es un avance.

¿En qué consiste la pedagogía? La propuesta está vinculada al desarrollo productivo de la comunidad. Luego de clases, los profesores van donde un sabio que les enseña sobre su cultura. Hemos elaborado en tres años más de 500 títulos en lenguas originarias, entre textos, diccionarios, etc.

¿Y en la capital hay un trabajo complementario? Se trabajan temas de identidad, la no discriminación. Las culturas antiguas no se han quedado en el pasado, sino que continúan vivas. Promovemos el interés en las lenguas originarias, pero creemos que no se debe obligar.

¿Entonces no está de acuerdo con la propuesta? El quechua no debe ser obligatorio, como algunos lo proponen. Ello se reglamentó décadas atrás en el gobierno de Juan Velasco Alvarado y fracasó. Esto solo genera que la gente se oponga. Lo mejor es sensibilizar, y así como uno quiere aprender inglés, también puede conocer una lengua originaria con las condiciones necesarias.

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