“Se debe traer de otros países las innovaciones médicas”
“Se debe traer de otros países las innovaciones médicas”

¿Se puede vivir con una muerte súbita o un infarto cerebral acechando en cualquier momento? Un paciente con arritmia cardiaca se despierta todos los días con este temor. Hace 20 años, para seguir un tratamiento, un enfermo tenía que ir a emergencia para recibir choques eléctricos una vez al mes. Similar suerte pasaba un interno con arritmias cardiacas, quien tenía que tomar pastillas de por vida. Hoy, el equipo de la Unidad de Electrofisiología Cardiovascular del Ministerio de Salud (UECM), ubicado en el Hospital Dos de Mayo, al mando del electrofisiólogo Pablo Mendoza, puede tratarlo con una ablación cardiaca.

¿Por qué se reemplaza el tratamiento farmacológico por las ablaciones cardiacas? 

Ese tratamiento producía tiroides, enfermedades pulmonares y visuales, y limitaban la capacidad del paciente hasta invalidarlos. Las arritmias, sin un buen tratamiento y control, pueden provocar infartos cerebrales tan graves y la muerte súbita del paciente. Estos problemas se deben a que el tratamiento con pastillas tiene un rango de efectividad que está entre el 40% o 60%.

¿Por qué las ablaciones tienen una mayor ventaja? 

El tratamiento farmacológico y el anticoagulante pueden provocar sangrados importantes a cualquier nivel, que incluso pueden ser mortales. Ante este escenario, las ablaciones cardiacas son procedimientos invasivos seguros, con una tasa de complicaciones de menos del 1% y con una tasa de éxito de más del 98%. Un paciente toma pastillas de por vida y, en cambio, otro que se realiza una ablación, en el 95% de los casos, solo requiere de un procedimiento para curarse definitivamente.

Estadísticamente, ¿cuántos peruanos padecen arritmias y taquicardias? 

No hay estadísticas nacionales, pero podemos extrapolar a lo que existe en el mundo. Se calcula que 2.5 personas de cada 1000 habitantes sufren de algún tipo de taquicardia supraventricular, el más común. Esta cifra, extrapolada a la población peruana, nos habla de cerca de 60 mil pacientes peruanos que sufren de taquicardias que requieren ablación. En el caso de la fibrilación auricular, esta se está extendiendo en el mundo, y al menos se considera que el 2% de la población general de cualquier país la sufre.

En el Perú, los pacientes que optan por una ablación son aún una minoría, ¿cómo es en otros países? 

La ablación que realizamos en Perú es un tratamiento de rutina y se ha desarrollado hace 30 años en el mundo. En otros países, los pacientes saben que necesitan una ablación y que no tienen que tomar pastillas de por vida. En el Ministerio de Salud, que atiende al 65% de la población peruana, nunca antes se había hecho una ablación hasta el año pasado.

¿Perú tiene un avance tecnológico con respecto a las ablaciones? 

La tecnología para realizar las curaciones de arritmias muy complejas aún no está en la salud pública peruana, y esa es una lucha que nos toca seguir realizando en el Seguro Social y el Minsa. En ambos estamos 10 años atrasados en comparación con cualquier sistema de salud pública de Latinoamérica.

¿Y el financiamiento para las ablaciones es otra lucha? 

Es un problema. Existen muchas vallas en cuanto a la salud pública para adquirir la infraestructura. Presentamos proyectos, nos escucharon y logramos lo inimaginable: la aprobación de un presupuesto para 100 pacientes, y poco a poco vamos avanzando, pero aún nos falta mucho.

La rama que estudia la arritmia cardiaca, la electrofisiología, es relativamente nueva, ¿se desarrolla en Perú? 

Solo somos once especialistas en electrofisiología formados en el extranjero, pues aún no hay escuela peruana que brinde esta formación. Actualmente tenemos como proyecto, una vez que se vuelva más sólido este programa de ablaciones, formar un centro para la capacitación de cardiólogos peruanos.

El panorama parece complicado, ¿no ha generado la fuga de los pocos profesionales especializados? 

La posibilidad de que un médico peruano salga al extranjero y no vuelva es muy alta, pero muchos tenemos la obligación de permanecer en el Perú y tratar de traer las innovaciones médicas que otros países tienen, esa es una tarea que le corresponde a todos los médicos que ven necesidades en el país. Si un procedimiento no se hace acá, las autoridades y los médicos tenemos la responsabilidad de traerlo.

PERFIL

Pablo Mendoza

Electrofisiólogo Jefe de la Unidad de Electrofisiología Cardiovascular del Ministerio de Salud (UECM).

CIFRAS

40 equipos de electrofisiolo-gía máxima tiene Colombia, con menor población que Perú, el cual tiene solo uno.

10 años de atraso en electrofisiología en salud pública hay en Perú, con respecto a Latinoamérica.

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