Desde presidentes hasta conductores de televisión. Todos en algún momento nos hemos convertido en víctimas de la vergonzosa broma de los gemidos de WhatsApp.
A más de uno de seguro le ha pasado que confiando en la información que nos envía algún amigo o un familiar a través de la aplicación de mensajería instantánea, la curiosidad nos ha ganado.
En cuestión de pocos segundos la noticia cambia y cobra sonido: los de unos fuertes gemidos que se filtran en el trabajo, en una reunión familiar, en un canal de televisión o cualquier espacio público.
Uno a uno van dando sus razones para detener la mencionada broma, a la que catalogan como "uno de los peores males de la era moderna".
"Los videos de gemidos, a diferencia de ti, no discriminan religión, raza, sexo ni orientación sexual. Nadie se salva de ellos", aseguran. Por ello, piden no compartir estos videos y lanzaron el hashtag #StopGemido.