La flota ballenera que faena en la costa noreste de Japón pescó tan solo 19 rorcuales esta temporada, el mínimo histórico desde que el país asiático iniciara el programa de pesca "con fines científicos" en esta zona en 2003.

El grupo de navíos avistó además tan solo 33 ejemplares de este cetáceo, también el menor número desde que arrancó este programa en las costas de la provincia de Miyagi, según contó hoy uno de sus responsables a la agencia Kyodo.

La flota atribuye los datos a las bajas temperaturas del agua, lo que evitó que la zona presentara alimento suficiente para un mayor número de ballenas.

La flota, que faenó este año 23 días (algo menos de lo habitual debido al mal tiempo), tenía previsto capturar 51 rorcuales aliblancos (también llamadas ballenas minke), al igual que hizo el año pasado.

Esta flota destinada a las capturas costeras forma parte del programa de capturas científicas del Gobierno en el Pacífico Norte, que tiene como objetivo examinar el impacto de estas ballenas sobre los recursos marinos, analizando, por ejemplo, el contenido de sus sistemas digestivos.

La campaña de otoño en aguas costeras se lleva a cabo en la ribera oriental de la isla de Hokkaido (norte).

Japón también realizaba este tipo de capturas en la Antártida hasta que el año pasado la Corte Internacional de Justicia (CIJ) dictaminó que el programa en esta zona no era legal al no ajustarse a los "fines científicos" establecidos por la CBI para poder llevar a cabo tales prácticas.

Japón, que firmó la moratoria total de la captura de ballenas con fines comerciales que entró en vigor en 1986, emprendió al año siguiente programas de capturas científicas defendiendo que estaban amparadas por el artículo VIII de la Convención de 1946 de la CBI.

Estos programas han sido duramente criticados por muchos países que los consideran pesca comercial encubierta, dado que la carne de los especímenes capturados y estudiados es posteriormente vendida. 

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