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Un exgerente de la petrolera estatal Pdvsa fue encarcelado por un supuesto sobrecosto de 76,2 millones de dólares en la compra de equipos, anunció este miércoles la Fiscalía de .

Jesús Cornelio Osorio fue recluido en la sede del servicio de inteligencia en la ciudad de Barcelona (noreste) por orden de una corte ante la cual se legalizó su captura el pasado sábado, según un boletín del Ministerio Público.

Osorio enfrenta cargos de "peculado y asociación para delinquir" por un sobrecosto de 76,2 millones de dólares en la compra e instalación de equipos para el aprovisionamiento de buques petroleros.

La investigación en su contra se remonta a 2015, cuando funcionarios de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) denunciaron las presuntas irregularidades "en la adquisición, desinstalación e instalación de dos monoboyas con sobreprecio".

Osorio se desempeñaba entonces como gerente general del terminal de almacenamiento y descarga de crudo del complejo petroquímico José Antonio Anzoátegui. Junto con la media de prisión, el tribunal prohibió al exfuncionario vender o gravar sus bienes muebles e inmuebles, y ordenó congelarle las cuentas bancarias.

Al dar posesión a una nueva directiva de Pdvsa la semana pasada, el presidente Nicolás Maduro pidió superar el "derroche" de la corrupción.

Maduro -enfrentado a una aguda crisis política y económica- ha admitido en varias ocasiones que ese delito y la ineficiencia son algunos de los principales enemigos de la revolución socialista fundada el fallecido Hugo Chávez (1999-2013).

La industria petrolera constituye el corazón de la economía de Venezuela, que obtiene 96% de sus divisas de la exportación de crudo, del cual posee las mayores reservas mundiales.

Según la oposición, Pdvsa ha sido uno de los mayores focos de corrupción durante la era chavista, y asegura que la empresa recibió unos 900.000 millones de dólares por la venta de petróleo desde 1999 hasta el presente.

Pero Maduro atribuye la crisis a una "guerra económica" para derrocarlo. La debacle, que se agravó con la caída de los precios del oro negro, se refleja en una escasez crónica de alimentos y medicinas, y la inflación más alta del mundo, proyectada por el FMI en 1.660% para 2017. 

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