Sé que a los peruanos, específicamente a quienes vivimos en el norte, nos preocupa más cómo quedará nuestra ciudad de aquí a unos años con el plan de la reconstrucción con cambios. Sin embargo, no podemos enceguecer frente a otros problemas, como de los hermanos venezolanos, en cuyo país miles de peruanos se refugiaron cuando Alan García dejó el pan a un millón de soles la unidad.

No puede ser que el sufrimiento venezolano sea ajeno a nosotros. Nos debe interesar. Miren, solo por la frontera con Ecuador cruzan cerca de 800 venezolanos por día, quienes en su gran mayoría van camino a la capital. Pero, otro poco se afinca por aquí nomás en busca de nuevas oportunidades.

Por un servicio que contrato he conocido a un venezolano. Lo veo cada dos semanas y aprovecho para que me cuente cómo están sus familiares y cómo se vive en su nación. Pero, la gran pregunta es: por qué han elegido Perú como lugar de sobrevivencia. Al responder, me dice que su destino era Chile, pero un día se presentó a una empresa peruana y consiguió chamba.

No le pagan mucho, pero para Venezuela es bastante. Manda 100 dólares al mes, lo que, según me asegura varias veces, alcanza para vivir bien. ¡Cómo! Para cerciorarme que no se la quiere dar de pobrecito, averiguo y leo que el sueldo mínimo en el país que exporta petróleo (un 50% a los Estados Unidos) es de 12 dólares (un balón de gas). “Con 100 dólares les alcanza para un mes. Suficiente”, me comenta mi amigo venezolano.

Cuando me inquieta saber si es verdad que no hay ni para el papel higiénico, me responde que sí hay, pero no abunda. Tampoco es Cuba. Pero, sin serlo, no sé ustedes, siento lástima y cólera. Lo primero por saber cómo está padeciendo la gente y lo segundo por presumir que quienes no se quejan avalan son su silencio la muerte de inocentes y la hambruna de quienes lo están perdiendo todo.

Yo no sé cómo un congresista de izquierda como el cura Marco Arana cuestiona que el Congreso del país proteste contra el gobierno venezolano de Nicolás Maduro, y argumenta que hay problemas más importantes en el Perú. ¿Y así servía a la iglesia?

Desde esta tribuna no podemos solucionar los problemas de otro territorio, pero sabiendo lo que viven allá, nos puede servir para no elegir a caudillos que todavía piensan en revoluciones trasnochadas para luchar contra el imperialismo yanqui. A otros con ese cuentazo.