En la columna anterior, reclamábamos un mea culpa de Pedro Pablo Kuczynski por su displicencia al frente de las riendas del país, que contribuyó al frenazo económico del último año.

Sería una jactancia asegurar que nos escuchó, pero el mea culpa y las respectivas disculpas llegaron con el mensaje de Fiestas Patrias, y eso revela que es consciente de que puede gobernar mejor.

Manos a la obra, entonces, señor Presidente. Particularmente, sin abandonar la crítica por ítems importantes obviados en el discurso, a nosotros nos entusiasma la anunciada creación de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao, proyecto que podría replicarse en otras ciudades.

La capital del Perú es también la capital del caos vehicular y, como bien subrayó el Mandatario, “necesitamos calidad de vida... Es inaceptable que millones (de compatriotas) pasen horas de su día detenidos en el tráfico”. En efecto, el progreso de la ciudadanía no puede ni debe quedarse atorado en la hora punta.

Son 20 mil millones de dólares los que se pierden cada año en este bosque humeante y estruendoso de buses, minibuses, combis, coasters, taxis, motos y mototaxis, según un reciente informe de la comuna limeña.

Si PPK logra que el Congreso de la República dé viabilidad a su propuesta, la otra parte -quizá la más complicada- será buscar una transformación en la mentalidad y la conducta del usuario y del prestador del servicio, porque ambos manejan taras y manías muy enraizadas en el estresante vaivén diario del parque automotor.

En todo caso, Kuczynski empieza con el pie en el acelerador este segundo año de gobierno. Enhorabuena.