El cineasta polaco Pawel Pawlikowski se encuentra entre nosotros como invitado de honor y jurado de la competencia oficial de la sexta edición del Festival de Cine Al Este de Lima. Ganador del Oscar a la mejor película extranjera por el drama “Ida” en febrero pasado, el realizador ha confesado desconocer el cine peruano, pero también ha recalcado que va a ponerse al día lo más rápido posible. Conversamos con él sobre el premio, su estilo narrativo y Hollywood.

-Ida es una película especial, con un formato cuadrado, antiguo, que ya no se usa, en blanco y negro, con un estilo minimalista. ¿Por qué contar la historia de esa manera, como si fuera una cinta de los años 60?

En realidad no quería hacer eso, sino un filme que fuera como una meditación. Además, tampoco quería imitar a las películas de esa época. La idea era hacer un filme parco, con pocos elementos, sin enfatizar demasiado en las emociones de los personajes, pero mostrándolas, que se sienta como una reflexión atemporal. El blanco y negro y no mover las cámara fueron las grandes decisiones, para que todo luciera icónico.

-En un estilo así lo que cobra importancia es el decorado, el encuadre, la posición de los personajes. Todo tiene que estar muy bien planificado, como se hacía en los 60 en ese formato.

El encuadre no se parece al de las películas de los 60, ni de las francesas, ni siquiera las polacas. La forma de encuadrar ha sido muy específica para este filme. No hay imitación. La influencia que sí puedo admitir son fotografías de mi familia, mal encuadradas, excéntricamente hechas. Tienen de repente mucho aire por arriba, accidentales si se quiere.

-Eso se percibe claramente en algunos planos en donde los personajes están muy abajo o muy al costado del encuadre.

Exacto, pero sin la intención de imitar a ningúna película ni hacer homenajes.

-¿Qué influencias reconoce?

Hay tantas influencias que uno podría mencionar. Creci durante la época de la nueva ola checa, los primeros filmes de Milos Forman, Jan Nemec, Ivan Passer y otros.

-¿También de los franceses como Jean-Luc Godard?

Claro, Godard, pero el de sus primeras películas. Me gusta mucho “Vivir su vida” (1963) por su encuadre llano, sin mayor profundidad de campo, sin mostrar demasiado, dejando la acción fuera de campo. También me gustan algunas de las películas de Robert Bresson, pero no comparto su estilo de usar actores no profesionales. A veces funciona, a veces no. En fin, he estado viendo películas por 40 años y mi talento consiste en tratar de olvidar las influencias, aunque están siempre por ahí. Cuando invento una película trato de ser un poco ingenuo, fresco, para ver cómo funciona lo que hago. Trato de ser intuitivo.

-”Ida” tiene algunos puntos en común con “My summer of love”, que dirigió hace más de una década. Por ejemplo, las protagonistas se hallan a la búsqueda de su propia liberación, la que consiguen al final cada una de manera diferente. ¿Que piensa?

Esa es una tarea más para los críticos que para mí. Tengo la tendencia en mis películas de contar con tres personajes que se relacionan. Tiene que ver con el amor, la trascendencia, la fe y otros temas similares. Es difícil para mi analizar mis propios filmes. Pero sí, hay algo de eso que dices. Son películas sobre gente en busca de su identidad. Usualmente pasa en un mundo cerrado, que los está frustrando, como la Polonia de comienzos de los 60 en “Ida”, un universo hermético. En “My summer of love” ocurre algo similar, un poco abstracto en cierto sentido.

-Usted inició su carrera haciendo documentales y en sus películas de ficción se siente la mirada del documentalista. ¿Lo ayudó ese trabajo previo en su capacidad de observación posterior?

Sí, bastante. Cuando hice documentales no eran del tipo tradicional, empíricos. Estaban muy construidos desde el punto de vista de lo que yo quería hacer y no de mostrar solo lo que está ocurriendo. Lo importante es que esto me sirvió para alejarme de la literatura, de manera que no se sienta que lo que se ve está escrito. Me gustan mucho los filmes en los que uno mira y no siente el peso del guión, y parece que todo ocurriera por primera vez.

-¿Que significado tiene para usted haber ganado el Oscar al mejor filme extranjero?

Fue algo muy bueno, pero no cambia los problemas creativos que uno pueda tener. Estoy en el mismo lugar, luchando para escribir e inventar un filme que nunca cambie. En realidad el Oscar es importante, te da reconocimiento y te permite conseguir dinero para tu siguiente película, que en mi caso no va a ser necesariamente comercial. Pienso que “Ida” fue comercial de manera accidental.

-A propósito del Oscar, ¿Ha recibido propuestas para trabajar en Hollywood?

He tenido propuestas en los últimos 15 años, mucho antes del premio, pero no me interesa.

-”Ida” es su primera película hecha en Polonia. ¿Porqué no filmó antes en su país?

No me sentía preparado. Pensaba que no podía mostrar a Polonia sin censurarme. Pienso que es un tema generacional. Cuanto más viejo te vas haciendo, piensas más en el pasado. Lo que significa ser polaco, católico. Estas preguntas son ahora interesantes para mí. Además, he regresado a vivir a Polonia -luego de residir en Inglaterra durante tres décadas- desde hace tres años.

-Entonces tiene un nuevo proyecto que rodará allí.

Sí, pero no voy a hablar de él.

-¿Ha visto cine latinoamericano?

Me gusta mucho el cine latinoamericano. Dos películas de la argentina Lucrecia Martell, “La niña santa” y “La ciénaga”. Tengo varios amigos mexicanos como Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu.

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