Como consecuencia de la huelga, los maestros han obtenido avances. El Gobierno y el Minedu han hecho un gran esfuerzo. Merece destacarse lo siguiente: el adelanto para noviembre del aumento a S/2000 del piso salarial para nombrados y contratados; el ofrecimiento de presentar a fines de año al MEF un estudio técnico sobre aumentos graduales del haber del maestro para alcanzar un equivalente a 1 UIT para el 2021; disponer para el 2018 de S/200 millones para el pago de sentencias judiciales consentidas referidas a la deuda social; el pago a los contratados de los beneficios de compensación por tiempo de servicios y subsidio por luto y sepelio; y que las encargaturas de directivos y personal jerárquico de los colegios recibirán el 2018 la asignación por jornada adicional, de acuerdo con la escala en la que se encuentren y, además, el 60% de la asignación por cargo que vienen percibiendo los profesores designados. 

Han hecho bien las autoridades del Ejecutivo y del Congreso en expresar la importancia de mantener la evaluación de desempeño (la cual debe ser mejorada técnicamente para generar confianza); sin embargo, tanto estas evaluaciones, como las de nombramiento, ascensos y para cargos directivos, deben estar enmarcadas en la perspectiva de ampliar y profundizar la carrera pública magisterial con reconocimiento de los méritos que vayan de la mano con aumentos de sueldos diferenciados y efectivos. Y, sin duda, en el marco de un sistema de formación continua con buenas capacitaciones para fortalecer la función de los maestros y, de ese modo, contribuir a mejorar la calidad de los procesos pedagógicos. La tarea para la valorización profesional del profesorado es grande, y requiere claridad en los objetivos, capacidad de ejecución y diálogo permanente con los actores educativos.