¿Conocen Zarumilla?, ¿alguna vez oyeron de esta ciudad?, ¿saben dónde queda? Bueno, si los congresistas Bienvenido Ramírez y Juan Yuyes no les han presentado, les cuento que es una provincia de la región Tumbes que se desangra. Sí. El crimen ha llegado a tal punto que cuando apenas la Policía inicia una investigación por un asesinato, otra ráfaga de balas cambia de víctima mortal.

Zarumilla no es cualquier provincia de Tumbes, es la zona de frontera con Ecuador, nuestro ingreso al país si algún foráneo llega proveniente del norte. El rostro visible de Perú. Pero esta provincia no llega a la agenda nacional porque apenas tiene unos 745 kilómetros cuadrados de territorio y su economía representa a una pulga en la panza del Estado.

Razón no le falta al gobierno ecuatoriano cuando se queja de que en Perú se esconden sus delincuentes. Para ser equitativos, lo mismo pasa con Huaquillas, lo que equivale a Zarumilla en Ecuador. ¿Cuándo vamos a prestarles la debida atención a nuestras fronteras? Espero que pronto.

Señores congresistas de Fuerza Popular, que integran la mayoría en el Parlamento, ¿qué esperan para solicitar un estado de emergencia en Zarumilla? Ayer nomás mataron al hijo de un juez y hace tres días acabaron a balazos con un ecuatoriano que se refugiaba en nuestras tierras. ¿Es insuficiente para ocupar un renglón en la agenda pública?

Señores, en Zarumilla no matan por deporte -aunque por la frecuencia pareciera-, sino porque los traficantes de combustible, drogas y terrenos, así como las organizaciones criminales dedicadas al sicariato y la extorsión, saben del Estado ausente, del descuido nacional, de que los ciudadanos no tienen voz en Perú. Ojalá cambie esto.

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