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Poco a poco el rostro de la Ciudad Blanca, Arequipa, está cambiando como parte de la recuperación del Centro Histórico en un ambicioso proyecto puesto en marcha meses atrás.

Y eso es posible gracias al compromiso asumido por las autoridades municipales que están empecinadas en recuperar la prestancia de los inmuebles históricos, calles, templos, veredas y plazas, lo que permitió a la Unesco en noviembre de 2000 conferirle a Arequipa la denominación de Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Dicho título se logró cuando Juan Manuel Benavides fue alcalde de la ciudad y se empeñó en presentar la solicitud ante el organismo internacional para que Arequipa sea evaluada y reciba tal denominación.

El trabajo desplegado, en esa oportunidad, fue arduo y serio, ya que comprometió la participación de reconocidos profesionales, respaldando las gestiones del caso y así el 20 de julio de 1999 el Comité del Patrimonio Mundial recomienda que el sitio sea inscrito en la “Lista del Patrimonio Mundial”. La solicitud fue aprobada en la sesión del Comité del Patrimonio Mundial realizada en Cairns, Australia, del 27 de noviembre al 2 de diciembre del año 2000.

Hoy en día, el centro de Arequipa cambió, primero con la peatonalización de varias calles, pese a existir cierta resistencia; mejoramiento de fachadas de casonas e iglesias como de algunas plazas, entre ellas la de Armas.

Dicho trabajo debe continuar para que la Ciudad Blanca siga siendo uno de los principales atractivos para turistas nacionales y extranjeros, quienes cuando lleguen se sorprendan de la imponente arquitectura del Centro Histórico y se anime a visitar los distritos cercanos.