Es difícil comenzar a describir qué región o ciudad del norte del país es la más afectada. Cuando todos creían que solo Tumbes, Piura y Lambayeque serían los castigados por El Niño costero; en Cajamarca, La Libertad y Áncash nos miraban compasivos, pensando que ni una gota de agua caería en sus zonas. Pero, en solo días, la lluvia mojó a todos.

Con la naturaleza no se juega ni se predice al ciento por ciento. Por esta razón es que desde Áncash hasta Tumbes nos alcanzó el diluvio y nos atrapó el huaico. La nubosidad no tiene distinción. Un día cae el agua en Piura, otro día en Tumbes, a veces en Lambayeque y otras en Cajamarca, La Libertad y Áncash. Y, de manera extraordinaria, en toda la costa norte.

La histeria no es colectiva y muchos por ahora están en calma. En zonas como Tumbes y Piura, la lluvia es parte del paisaje, por estas temporadas, en años anteriores, como también la sequía de los campos agrícolas. En enero, estuvieron sin líquido para los cultivos y les abrieron las compuertas destinadas para el consumo humano. Días después, cataplún, agua a raudales.

Felizmente, hay ayuda. El comportamiento de la naturaleza nos agarra con los bolsillos llenos y la solidaridad de varios países llega a las manos de los más necesitados. Esto servirá hasta que el piso esté seco y las mentes, menos húmedas, puedan, al final del túnel, analizar qué y cómo aguantamos este marzo bendito.

Si hay algo que envidiar -sanamente- es que aquí nomás, cruzando la frontera, el vecino Ecuador luce bien vestido, con los zapatos limpios y como si el Niño Costero no quisiera jugar él. Hay que reconocer que sus autoridades advirtieron el peligro de los desbordes de los ríos y tomaron sus precauciones, mientras que en la otra orilla nadie vino a ver siquiera cómo están sus pobladores.

Seguro que viene la reconstrucción. Esperemos no se tarde mucho porque, viéndolo fríamente, el norte del país le aporta cerca del 20% del Producto Bruto Interno (PBI) al Estado. Lo bueno es que la gente no se olvidará de que con la naturaleza no se juega y se lo hará recordar a sus autoridades. Esperemos que sea así.